La Asamblea General de la ONU en su resolución del 17 de diciembre de 1966 reconoció la creciente influencia de la televisión, que suele atraer la atención general a los conflictos y a las amenazas para la paz y la seguridad, también destacó su importancia en la cobertura de otros problemas importantes, recordó la Cancillería.
Unos grupos de rodaje de la televisión rusa VGTRK se vieron bajo el fuego de militares ucranianos el 20 de abril y el 2 de julio de 2019 en Donetsk; el 7 de julio se abrió fuego en Donbás contra unos periodistas del canal de televisión ruso Zvezdá; el 27 de julio y el 1 de septiembre le sucedió lo mismo a unos reporteros de RIA Novosti.
"Las infracciones de los derechos de los periodistas y máxime las amenazas de recurrir a la violencia física y su uso con ellos son inadmisibles y deben castigarse severamente", declaró la Cancillería, agregando que dirige este llamamiento en primer lugar a Ucrania, cuyos organismos judiciales no han presentado hasta la fecha los resultados de la investigación de los asesinatos de Andréi Stenin, Antón Voloshin e Ígor Korneliuk, cometidos en 2014.
"Esperamos que las violaciones de los derechos de los periodistas por Kiev no queden desapercibidas por la comunidad internacional. Se necesita su posición consolidada para obligar a las autoridades ucranianas a iniciar una eficaz investigación de los asesinatos y otros crímenes graves cometidos contra los periodistas", señaló.
Se conocen decenas de casos de acoso a los periodistas en Ucrania.
Antón Voloshin, Ígor Korneliuk y Anatoli Klian también perdieron la vida en 2014 en la zona del conflicto en Donbás.
El 20 de julio de 2016 una bomba acabó con la vida del periodista Pável Sheremet, quien llevaba unos diez años trabajando para una televisión rusa, y sus últimos cinco años vivió en Kiev colaborando con el periódico Ukrainskaya Pravda y la emisora Radio Vesti.