Desde Petrobras —de mayoría estatal— dicen que sus negocios determinaron su decisión, y argumentan que otras empresas podrían vender combustible a los buques iraníes que esperan en aguas brasileñas desde hace más de un mes. Sin el combustible, los barcos —que transportan maíz brasileño a la república persa— no pueden regresar a su país. Si bien Brasil tiene una larga historia de buenas relaciones con Teherán, el compromiso del presidente Jair Bolsonaro de romper con la política exterior tradicional del país y alinearse con el Gobierno de Estados Unidos les está complicando las cosas a los navíos iraníes.
Brasil está ahora entre la espada y la pared porque, por una parte, Irán es uno de los mayores importadores de productos brasileños y podría vengarse. Por la otra, porque las represalias podrían venir también desde EEUU.
"En estos momentos, el tema genera inquietud y tensión entre Brasil e Irán, ya que Irán importa mucho maíz. De hecho, es lo que contienen los cargueros que ya tendrían que estar volviendo a Irán. Importan también carne y soja, sobre todo", explica Guimaraes.
Como Irán es uno de los clientes de Brasil que más le compra maíz, cualquier medida que Irán imponga a su hasta ahora socio influirá negativamente en el comercio que ambos países mantienen. "Si el problema no se resuelve, quizás las autoridades de Teherán quieran adoptar alguna decisión, porque este es un mercado libre y hay otros países disponibles", alertó el 23 de julio el embajador iraní en Brasilia, Seyed Ali Saghaeyan.
Políticas, pero no jurídicas
El profesor de derecho público internacional descarta que Irán acuda a alguna instancia internacional para dilucidar el conflicto. Cree que Irán intentará resolver el problema a través de su política exterior. "Tomará pasos políticos relacionados con la política internacional, no con el derecho internacional", aclara.
"Brasil también podría, en caso de que no esté de acuerdo con las medidas adoptadas por Irán, introducir las suyas propias. Pero aquí cabe la reflexión de si está en los intereses de ambos países que eso ocurra", advierte Guimaraes.
Bolsonaro está con Trump
Como firme partidario del presidente estadounidense Donald Trump, Bolsonaro advirtió a los exportadores del riesgo de comerciar con Irán. Fue más lejos y afirmó que Brasil está del lado de EEUU en su política hacia el país persa. "Así que hacemos lo que tenemos que hacer", dijo Bolsonaro a los periodistas a finales de julio.
"Parece obvio que la política brasileña sigue la política estadounidense, algo que ya expresó con claridad el presidente Bolsonaro. Pero no estoy de acuerdo con este enfoque. En concreto, con cómo se está tratando esta cuestión".
Brasil podría sufrir
"La cuestión no debe influir negativamente en el balance comercial de Brasil, ni tampoco en las relaciones entre este e Irán, porque ambos son socios comerciales", comenta Guimaraes.
Brasil, dice, debe tener en cuenta que no puede sacrificar su producción comercial por culpa de un problema de esta naturaleza, independientemente de si secunda o no las políticas de otros Estados.
