El 3 de marzo, Altmaier estuvo en Moscú, donde llevó a cabo negociaciones y participó, al lado del presidente ruso, Vladímir Putin, en la ceremonia de inauguración de una nueva planta de Daimler. Durante el evento, Altmaier observó que los vínculos económicos entre Alemania y Rusia, pese a todos los conflictos políticos —incluida la cuestión ucraniana—, tienen un gran potencial de crecimiento, detalló Junge Welt.
De hecho, el comercio entre Alemania y Rusia ha superado recientemente la caída causada por las sanciones en 2016. Sin embargo, el intercambio comercial de 69.000 millones de euros en 2018, todavía es cerca de un 25% menor que los índices observados en 2014.
Te puede interesar: Alemania examina el daño de las sanciones antirrusas
Daimler ya es el tercer fabricante de automóviles alemán que invierte en su propia base de producción en Rusia. Fue precedida por BMW (con una planta en la región de Kaliningrado) y por Volkswagen (con una fábrica en Kaluga, al suroeste de Moscú). Volkswagen, además, abrió una escuela preparatoria de personal en suelo ruso.
Además, debido a la caída del valor del rublo, los gastos para tener una fábrica en Rusia disminuyen, al ser convertidos en euros. Esto es especialmente atractivo cuando se reexportan productos fabricados en Rusia en rublos, pero los beneficios de la venta son en euros o dólares. Esta estrategia también se usa en otras áreas, como, por ejemplo, en la fábrica de máquinas agrícolas Claas (también alemana), que posee una planta en Krasnodar, en el sur de Rusia.
No te lo pierdas: Inversores alemanes, convencidos de que Nord Stream 2 resistirá las sanciones de EEUU
Mientras tanto, el proyecto insignia alemán-ruso Nord Stream 2 está progresando de acuerdo con lo planeado. Según la compañía, aproximadamente un 70% del oleoducto submarino ya se ha instalado. Todavía no se ha recibido la aprobación para instalar las tuberías cerca de Dinamarca. El Gobierno danés ha estado retrasando la toma de decisiones a lo largo de varios meses, principalmente debido a la presión de Estados Unidos. Los representantes de Nord Stream, sin embargo, confían en que "pronto" recibirán el permiso.