"En este caso nos enfrentamos solo a la posible prohibición por parte de Estados Unidos, no apoyada por otros países desarrollados, que también exportan estas tecnologías, lo que puede brindar la posibilidad de sustituir las importaciones de tecnologías de EEUU por las de Europa", dijo.
"La prohibición de las importaciones de EEUU afectará en gran medida la construcción de maquinaria, pues en 2017 exportamos productos vinculados (de EEUU) por valor de casi 3.000 millones de dólares", supuso.
Según recordó Prójorova, la experiencia de las sanciones anteriores muestra que la prohibición a las importaciones de los dispositivos tecnológicos afecta las inversiones, como fue en el caso de la construcción de la central termoeléctrica en la península de Crimea y en el desarrollo de los proyectos de exploración de yacimientos de petróleo y gas.
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En cuanto a las sanciones que EEUU prevé imponer a los suministros rusos, la experta recordó que "en 2017 Rusia exportó a EEUU generalmente los productos derivados de petróleo (32%) y aluminio (17%)".
El 8 de agosto, el Departamento de Estado de EEUU anunció un nuevo paquete de restricciones contra Rusia, con el argumento de que supuestamente empleó armas químicas en la ciudad británica de Salisbury en marzo pasado.
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Las nuevas medidas de restricción comenzarán a regir el 22 de agosto.
Una segunda ronda se activaría tres meses después e incluiría la degradación de las relaciones diplomáticas, la suspensión de los vuelos de Aeroflot a Estados Unidos y el cese de casi todas las exportaciones e importaciones, pero Rusia puede evitarlo, según el Departamento de Estado, si garantiza el no empleo de armas químicas en el futuro.
