"Queremos que la India presione a Birmania para que esta recoja lo antes posible a sus refugiados", aseveró en una conversación con representantes de medios de prensa de la India, citada por el sitio web bdnews24.
Según la jefa del Gobierno de Bangladés, la estancia de los refugiados rohinyás en este país representa una amenaza a la seguridad, ya que "cuando la gente no tiene trabajo puede caer fácilmente bajo la influencia de los extremistas".
Hasina también abordó durante la charla el aspecto humanitario de esta crisis, al afirmar que la cantidad de hijos de estos refugiados "se multiplica día a día".
"Se acerca la época de las lluvias monzónicas, y mantener a los refugiados en campamentos temporales representa un riesgo tanto para Bangladés como para ellos", indicó.
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A mediados de enero, los representantes de Bangladés y Birmania llegaron a un acuerdo sobre el regreso de los rohinyás a Birmania que deberá realizarse en dos años.
Birmania ha estado últimamente en el punto de mira internacional debido al conflicto con la minoría rohinyá en el estado de Rakáin.
Las autoridades centrales y la población budista consideran a los rohinyás inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés.
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Los enfrentamientos más recientes tuvieron lugar en agosto de 2017, cuando insurgentes rohinyás atacaron puestos de seguridad del Gobierno.
Según las estimaciones de la Organización Internacional para las Migraciones, el total de los rohinyás en Bangladés de momento ronda las 900.000 personas, de ellas unos 688.000 son refugiados.
La situación fue duramente criticada por la comunidad internacional, que ha pedido el fin de la violencia.