"Rusia está dispuesta a celebrar consultas para superar la situación actual", dice el documento.
Agrega que "partimos de que reanudar la actividad de la estructura que investiga casos de uso de armas químicas en Siria sería un paso justificado e incluso necesario solo a condición de que se tome en cuenta la experiencia negativa en el funcionamiento del mecanismo y solo si este se refuerza".
El mandato del Mecanismo Conjunto de la ONU y la OPAQ, cuyo primer informe sostuvo que el Gobierno sirio usó gas sarín en un ataque el 4 de abril, expiraba en la medianoche del jueves 16 de noviembre.
La resolución para extender la investigación requería al menos de nueve votos favorables y que no la vetara ninguno de los cinco miembros permanentes, EEUU, China, Francia, el Reino Unido y Rusia.
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Las dos abstenciones corrieron por cuenta de China y de Egipto, mientras que Bolivia se sumó a Rusia en el rechazo a la propuesta estadounidense.
El borrador ruso proponía cambios al mandato del Mecanismo Conjunto para asegurar que realizará un trabajo imparcial e independiente.
El Mecanismo Conjunto de Investigación de la ONU y la OPAQ presentó a finales de octubre al secretario general de la ONU su informe sobre dos supuestos ataques químicos: el uso de sarín en Jan Sheijun el 4 de abril de 2017, y el de gas mostaza en Umm Hawsh del 15 al 16 de septiembre de 2016.
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El informe responsabilizó a Damasco del primer caso, y al grupo yihadista Daesh (proscrito en Rusia y otros países), del segundo.
La Cancillería rusa había tachado de infundadas las conclusiones del informe sobre la supuesta responsabilidad de Damasco por el uso del gas sarín.