"Turquía usa ese armamento en su lucha contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (prohibido en Turquía) y contra Daesh (grupo terrorista prohibido en Rusia), es una lucha por la seguridad turca y la seguridad europea y debilitar a Turquía significa debilitar a Europa ante el peligro del terrorismo", dijo Celik.
La víspera, el ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, declaró que Alemania decidió congelar los suministros del armamento contratado por Turquía debido al deterioro de las relaciones bilaterales.
Las relaciones entre Ankara y Berlín habían ido empeorando en los meses posteriores a la intentona golpista del 15 de julio de 2016 en Turquía.
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Ankara acusa a las autoridades alemanas de conceder asilo político a algunos militares vinculados con la organización del predicador islámico Fethullah Gulen, a quien las autoridades turcas acusan de orquestar el intento de golpe de Estado.
En febrero pasado, el periodista alemán de origen turco Deniz Yücel fue detenido en Turquía acusado de pertenecer a una organización terrorista y promover el terrorismo.
A principios de mayo, la periodista y traductora Mesale Tolu, que en 2007 obtuvo la ciudadanía alemana y renunció a la turca, fue arrestada en Estambul bajo las mismas acusaciones.
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En julio un tribunal turco autorizó arrestar a Idil Eser, directora de Amnistía Internacional en Turquía, y a otros cinco activistas —entre ellos un ciudadano alemán, Peter Steudtner—, acusados de apoyar el terrorismo.