El presidente Erdogan amenazó a los Países Bajos con tomar represalias, mientras que el ministro turco de Asuntos Europeos, Omer Celik, consideró que las sanciones de Turquía contra Holanda son inminentes.
Sin embargo y de acuerdo con la autora del artículo para Forbes, Ekaterina Chulkóvskaya, el conflicto entre los países puede traer beneficios para ambas naciones.
La crisis diplomática con los Países Bajos podría ayudar a mejorar la imagen pública de Recep Tayyip Erdogan, actual presidente turco, y convertirlo, de cierta manera, en un 'héroe nacional' por 'defender el honor' de su país frente a Europa.
Ekaterina Chulkóvskaya, la periodista de Forbes, recordó el incidente con la flotilla de Gaza en 2010, cuando la reacción de Erdogan contra Israel provocó el aumento de su popularidad entre los ciudadanos turcos. En el artículo se consideró que el conflicto con Holanda podría generar un resultado parecido, lo que ayudaría al presidente a lograr una victoria en el referéndum.
Sin embargo, la tensión turco-holandesa no beneficia a todos. La diáspora turca en Países Bajos se encuentra en el medio del conflicto. Algunos defienden su nuevo hogar, mientras otros su tierra natal. De cualquier manera, si las relaciones entre los dos países no vuelven a la normalidad, los turcos que viven no solo en Holanda, sino también en otros países europeos podrían sufrir las consecuencias: el aumento de la islamofobia y de los sentimientos antiinmigrante.