A pesar de sus controvertidos éxitos en Oriente Próximo, Estados Unidos ha desarrollado una nueva estrategia para penetrar en Asia Central. Eso se anunció durante la reunión que mantuvo el secretario de Estado, John Kerry, con los cancilleres de las repúblicas postsoviéticas de la región.
El deseo de recuperar sus posiciones se hizo evidente hace unos meses, cuando se anunció la iniciativa de designar fondos adicionales para apoyar en la región a medios de comunicación leales a Washington, indica el medio. A principios de agosto, Kerry invitó a sus contrapartes de las repúblicas postsoviéticas a dialogar en la capital estadounidense.
"Esperamos avanzar con un nuevo enfoque regional. Se formará alrededor de las iniciativas relacionadas con la actividad antiterrorista, el comercio y la inversión, el desarrollo económico y la energía sostenible", expresó entonces el secretario de Estado norteamericano.
Como siempre, intenciones sanas y bienvenidas por todos, pero, ¿de qué se trata en la práctica?
En primer lugar, EEUU planea realizar y patrocinar programas de capacitación antiterrorista para los servicios especiales de la región. Traduciéndolo del idioma diplomático, esto significaría el cambio de un sistema de seguridad que hasta ahora funcionaba perfectamente.
"Los resultados pueden ser bien vistos en países como Afganistán, Pakistán, Irak, Somalia, Libia y Siria. Siempre que EEUU entraba en alguno de esos países con el fin de combatir el terrorismo, como resultado ese mal se expandía aún más", recordó Serguei Mijéev en un programa de la cadena Rossiya 24.
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En tercer lugar, la creación de corredores de transporte tendría como objetivo crear una alternativa al proyecto chino Nueva Ruta de la Seda. De esta manera, EEUU tomaría la iniciativa en los servicios de transporte y logística en una región, bien lejos de sus fronteras.
Otra forma de 'expansión' suave se planea en la rama energética.
"Estados Unidos proporcionará asistencia técnica para la planificación estratégica, la integración de las redes, así como el uso de energías renovables y su financiación", señala el documento aprobado al término de la reunión.
Y por último, Washington se dispone a ayudar a las repúblicas centroasiáticas a hacer frente a las consecuencias del cambio climático. Admirable intención, cuyo primer paso podría ser la ratificación del Protocolo de Kioto, convenio internacional bajo la supervisión de la ONU sobre el cambio climático, suscrito desde 1997 por la mayoría de los países miembros, entre los cuales EEUU no cuenta.
De esta manera, Norteamérica volvería a usar lemas realmente progresistas para, en realidad, ocultar su objetivo principal: tomar el control de Asia Central y expulsar de la zona a China, Irán y Rusia.