Letonia es el país que se verá más afectado por esta decisión ya que sus puertos, tradicionalmente, han sido los puntos clave en el tránsito del oro negro ruso a Europa.
Por lo tanto, a partir del año 2018, el puerto de Riga tendrá que reorientarse a los mercados asiáticos. "A corto plazo —de uno a dos meses— las pérdidas pueden alcanzar el monto de hasta 57,2 millones de euros", según subrayaron desde el servicio de prensa de la infraestructura.
De acuerdo con el analista letón Alexandr Butshkovshy, la decisión de Rusia tiene motivos políticos.
"La posición antirrusa de estos países sin duda ha jugado un papel clave en la toma de esta decisión ya que [los países bálticos] siempre son los primeros en aprobar las sanciones antirrusas y demandar su ampliación. Es difícil predecir el futuro escenario pero, si se produce la retirada completa, Letonia, Lituania y Estonia no solo pueden sufrir grandes pérdidas económicas sino que experimentarán una disminución drástica del empleo y un aumento del paro, será una catástrofe" dijo a RT.