Además de la máxima pena privativa de libertad en España, la mujer también tendrá que pagar 250.000 euros (unos 270.000 dólares) a cada uno de los progenitores del menor por daños morales. Tampoco podrá acercarse a ellos a menos de 500 metros durante un período de 30 años.
Según el comunicado oficial del Poder Judicial de España, la expareja del padre de Cruz "estaba íntimamente vinculada al entorno familiar de Gabriel", a quien asesinó de manera "intencionada, súbita y repentina".
La sentencia causó revuelo en las redes sociales. Así, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, declaró a través de su cuenta de Twitter que "hoy se ha hecho justicia" y subrayó que "el peso de la ley ha caído sobre la asesina del pequeño Gabriel".
El peso de la ley ha caído sobre la asesina del pequeño Gabriel. Le envío un fuerte abrazo y todo mi cariño a los padres del niño y a toda su familia. Nada podrá mitigar su dolor, pero al menos hoy se ha hecho justicia. https://t.co/9oxfzCthlP
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) September 30, 2019
A su vez, el diputado Agustín Rosety, del partido Vox, señaló que "no es venganza", sino "justicia y protección de la sociedad".
La asesina del pequeño Gabriel condenada a prisión permanente.
— Agustín Rosety Fernández de Castro (@AgustinRosety) September 30, 2019
No es venganza. Es Justicia y Protección de la Sociedad.
Esta asesina será puesta en un lugar en el que no podrá hacer daño a nadie más.
https://t.co/jO9opnXlco
El 11 de marzo, los agentes de la Guardia Civil encontraron en el maletero del vehículo de Quezada el cuerpo sin vida del menor, que estaba desaparecido desde el 27 de febrero y en cuya búsqueda participaron más de 2.600 voluntarios. De acuerdo con la autopsia, el pequeño murió estrangulado el mismo día de su desaparición.
Según el comunicado, Quezada golpeó al niño y luego "procedió con sus propias manos a taparle la boca y la nariz con fuerza, hasta vencer su resistencia y provocar su fallecimiento" por asfixia.
Al mismo tiempo, la propia mujer defendió que mató a Gabriel de forma involuntaria y "simuló encontrarse afligida y compungida, alentando los ánimos de los familiares y generando falsas expectativas sobre la aparición del niño, involucrándose en las labores de búsqueda, desarrollando una actitud de simulación, fingimiento y farsa pública y notoria".
El brutal asesinato conmovió a la sociedad española y avivó el debate sobre la necesidad de mantener la prisión permanente revisable en España.