"En un primer momento, las cosas parecían bastante mal para el padre", escribió McCulloch en su blog, explicando que la joven había dado una convincente declaración a la Policía.
Según la letrada, la única cosa insólita fue que la hija, describiendo lo que su padre supuestamente le había hecho y cómo se sentía después, recurrió al uso de "ciertas palabras, frases y descripciones que no parecían propias del vocabulario de una joven adolescente".
Así, después de la reunión, McCulloch convenció al juez de que aplazara el caso para que ella pudiera leer el libro, que ha vendido más de 125 millones de copias en el mundo, y encontró demasiadas "similitudes sorprendentes entre el testimonio de la hija y la novela" como para que se tratase de una simple coincidencia.
Durante el interrogatorio a la chica, solo se necesitaron siete minutos para que ella se deshiciera en lágrimas y confirmara haberse inventado todas las acusaciones para darle una lección a su estricto padre, quien, según la hija, había "arruinado su vida".
"Cuando le pregunté si había sacado todas las ideas de '50 Sombras de Grey', ella lo admitió. En siete minutos habíamos terminado", recordó McCulloch.
Por este motivo, el juez, que afirmó que este era "un caso único" en toda su carrera en la judicatura, emplazó al jurado a absolver al acusado.