Las medidas de confinamiento y restricción de la movilidad empiezan a arrojar como resultado el esperado inicio del aplanamiento de la curva de contagios. La evolución de la estadística también ha servido al Ministerio de Sanidad para hacerse una composición de lugar de la extensión de la pandemia en el país y adoptar una estrategia acorde a su perspectiva.
Teniendo en cuenta tal circunstancia, María José Sierra, responsable del Programa de Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad (su titular, Fernando Simón, se halla actualmente aislado en su domicilio tras dar positivo), ha explicado las líneas de actuación pergeñadas para contener definitivamente el avance de la pandemia. Se trata de conjugar el uso de masivo de tres tipos de pruebas: de tipo genético (PCR), de tipo serológico (de anticuerpos) y tests rápidos (de antígenos).
Pruebas diagnósticas y serológicas
El test diagnóstico de mayor fiabilidad, también el más lento (hasta 4 horas), es el PCR (acrónimo en inglés de 'Reacción en Cadena de la Polimerasa'). Es una prueba que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno. Exige personal muy cualificado para su realización. Los tests rápidos son el otro tipo de pruebas diagnósticas, no del todo fiables, pero muestran el resultado en mucho menos tiempo (entre 15 y 30 minutos). También se les llama tests de antígenos, pues detectan las proteínas de la superficie del virus.
"Las personas curadas eliminan el virus y dejan de ser contagiosas", explica Cisneros.
Tanto los PCR como los test rápidos de antígenos se aplican en pacientes con síntomas de COVID-19. El serológico o de anticuerpos se utiliza con personas sin sintomatología o con síntomas muy leves. Si el resultado del test rápido es positivo, el diagnóstico de COVID-19 se confirma. Pero si es negativo, hay que hacer una PCR para validarlo o refutarlo. Es decir, los tests rápidos sirven para los servicios de Urgencias, pues si dan positivo, se puede valorar el ingreso en planta y ya no se necesita hacer la prueba PCR.
En total España ha comprado a China unos cinco millones de unidades de pruebas rápidas. El primer millón llegó al país en la semana del 30 de marzo al 5 de abril y el próximo millón debe llegar en la presente. Su uso incrementará indirectamente la capacidad de las PCR entre un 30% y un 40%, ya que a los tests que den positivo no tendrán que seguir las PCR", declaró Salvador Illa, ministro de Sanidad.
El estudio de la población
La estrategia de detección precoz de nuevos brotes de COVID-19 busca aplicarse una vez se relajen las medidas de confinamiento: multiplicar las pruebas PCR para identificar con certeza a los portadores de la enfermedad. Pero serán las pruebas serológicas las que ofrecerán un cuadro más amplio para determinar qué personas son ya inmunes, pues revelan quién ha superado la infección. Se espera que todas las comunidades autónomas actúen de manera coordinada en la aplicación de estos tests, por lo que se están elaborando protocolos comunes.
Se plantean 2 estrategias para el uso de PCR y test rápidos en la siguiente fase contra el #COVID19:
— Salud Pública (@SaludPublicaEs) April 6, 2020
1⃣Detección precoz de positivos para aislarlos y evitar la transmisión
2⃣Estudios de seroprevalencia para valorar el grado de inmunidad de la población#EsteVirusLoParamosUnidos pic.twitter.com/5Aa6BwFsDq
Con todos estos datos se podrá ir acometiendo una desescalada progresiva de las medidas de aislamiento y paralización de la actividad económica. Para ello se está contemplando un "gran estudio de seroprevalencia" que mida el estado de la inmunidad de la población frente al virus, afirmó María José Sierra. Se trata de ver cuánta carga vírica han soportado los distintos grupos de población.
El Gobierno trabaja, siguiendo las recomendaciones de los expertos y científicos, en una futura estrategia de desescalado o transición frente al #COVID19.
— La Moncloa (@desdelamoncloa) April 5, 2020
El ministro de @sanidadgob explica los criterios que la guiarán⤵️#EsteVirusLoParamosUnidos pic.twitter.com/Zim5oIPsdy