Además, estas sustancias químicas cuestan 340 mil millones de dólares por año, según indicó el centro médico estadounidense NYU Lagone, citado por el medio.
Impacto para la salud
Las enfermedades más comunes provocadas por los interruptores endocrinos son de la naturaleza neurológica y están relacionadas con la pérdida de atención —el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), el autismo y la disminución del cociente intelectual—.
Asimismo, estos químicos peligrosos aumentan el riesgo de obesidad, algunos tipos de cáncer, infertilidad masculina, además de una condición dolorosa conocida como endometriosis —crecimiento anormal de tejido endometrial fuera del útero—.
Impacto para la economía
No obstante, los investigadores también descubrieron que el impacto económico de los químicos alcanza el 2% del PIB de EEUU.
"Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia de los enormes costes económicos y sanitarios causados por los interruptores endocrinos", apuntó el líder de la investigación y profesor asociado en NYU Langone, Leonardo Trasande, citado por AFP.
Según agregó, es muy probable que la situación se convierta en "un problema sanitario y económico mucho mayor, si no se adoptan medidas adecuadas".
Además, se informa, que el bisfenol A, utilizado en los envases plásticos y en el barniz que cubre el interior de las latas, ha causado daños a la salud equivalente de 50 mil millones de dólares en el país norteamericano.
Un estudio similar, llevado a cabo en la UE, puso de manifiesto que los países miembros pagan alrededor de 271 mil millones de dólares (un 1.28% del PIB) en costes sanitarios relacionados con el uso de los interruptores endocrinos.