La condena se basa en la no denuncia de abusos que tuvieron lugar entre 2014 y 2015, pero el jerarca eclesiástico solo tendrá que cumplir la condena en caso de reincidir.
"Esta victoria envía una señal fuerte a muchas víctimas y les permite entender que son escuchadas y reconocidas", aseguró al canal televisivo François Devaux, presidente y cofundador de la asociación de víctimas La Parole libérée.
El medio destacó que los abogados del cardenal Barbarin anunciaron de inmediato que estaban apelando esta decisión.
Barbarin, que encabezó la diócesis en 2002, reconoció que "había escuchado rumores", pero solo tuvo noticia de que algo andaba mal en 2014, cuando una de las víctimas del prelado le contó lo ocurrido durante una confesión.
"Hice exactamente lo que Roma me pidió que hiciera", advirtió el cardenal para justificar su retraso en la aplicación de sanciones.
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