El 8 de agosto, la Casa Blanca anunció un nuevo paquete de restricciones contra Rusia con el argumento de que supuestamente empleó armas químicas en la ciudad británica de Salisbury en marzo pasado, pese a que aún sigue en marcha una investigación del incidente.
"Las medidas de respuesta a las nuevas sanciones serán razonables", dijo Riabujin a Sputnik.
"Debemos llevar con tranquilidad el proceso de adaptación de nuestra economía, incluidos los sectores aeronáutico y espacial, y desarrollar el ciclo completo de producción que excluya la dependencia de los componentes extranjeros", subrayó.
Tras calificar las nuevas sanciones estadounidenses como "el comportamiento más cínico y grosero en el mercado", Riabujin destacó que Rusia tiene que confiar solo en sus propias posibilidades y sus enormes recursos naturales y humanos.
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"Debemos dejar atrás la ilusoria división internacional del trabajo", puntualizó.
El senador llamó también a Estados Unidos a entender que "es inútil luchar contra Rusia con las sanciones".
Nada más abierta la investigación, que según Scotland Yard se prolongaría por varios meses, el Gobierno británico responsabilizó a Moscú diciendo que era alta la probabilidad de su implicación en el incidente.
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Dos meses después del incidente de Salisbury, las fuerzas de seguridad británicas volvieron a estar en el ojo del huracán por un nuevo caso de envenenamiento.
Ambos episodios se produjeron en el mismo condado en el que se encuentra el laboratorio militar de Porton Down, el más hermético de Reino Unido, en el que se desarrollaron agentes tóxicos durante la guerra fría.
Este centro ya estuvo implicado entre 1939 y 1989 en experimentos secretos de armas químicas en humanos.