"Si no existe argumento real, ni acción de Cuba, los factores que están detrás de estas decisiones son de carácter interno y claramente buscan algún beneficio en este terreno, tratando de presentar una posición de "duro", cuando en realidad es expresión de sus debilidades y fragmentaciones políticas internas, en un gobierno donde los más altos funcionarios entran y salen como de un carrusel, y muchos ciudadanos que conozco se sienten avergonzados de su comportamiento", expresó el profesor titular y doctor en ciencias económicas.
"Si fuera consistente con esa idea de "Estados Unidos primero" (America First), encontraría muchas oportunidades de negocios y creación de cientos de miles de empleos para los estadounidenses, mejorando las relaciones con Cuba", subrayó.
El investigador señala que igualmente el proceder del Ejecutivo norteamericano es contradictorio en términos de seguridad, pues se avanzaron acuerdos en esta esfera muy sensibles y de mucha importancia en asuntos como tráfico de drogas, personas, terrorismo, por citar algunos, pero también en protección por derrames petroleros en la plataforma y desastres naturales.
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Los avances en materia migratoria también están en consonancia con los objetivos de Trump de controlar y regular esos flujos, explicó.
La política de Trump presentada desde junio y reforzada con acciones encaminadas a reducir y congelar las relaciones son injustificadas, pero también contradictorias dentro de la propia lógica que supuestamente defiende el presidente estadounidense, razonó Fernández.
"Las medidas aplicadas hasta el momento no se pueden justificar por acciones en Cuba y por eso la construcción de un 'expediente falso', como un mal libreto de televisión, para tener un pretexto y emprender acciones unilaterales, que en términos prácticos llevan a un congelamiento y retroceso de las relaciones", reiteró el investigador.
En relación con las órdenes emitidas por el Departamento de Estado norteamericano de retirar el 60% de su personal en la embajada de La Habana y exigir la salida de Washington de 15 funcionarios de la legación cubana, el académico consideró que carecen de fundamento.
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"Aunque sea injustificado y contradictorio con sus propios intereses, todo indica que están dando pasos para crear un pretexto con los primero denominados incidentes y después ataques, que no son más que una mentira, pues de otro modo existirían pruebas para reducir las relaciones con Cuba al mínimo y casi romperlas sin decirlo, culpando falsamente a La Habana".
Al calificar de irracional la política oficial de Estados Unidos en el incidente de los supuestos ataques sónicos, el profesor expresó que carece de fundamento y parece sacado de la serie de los "Expedientes X".
Recomendó el doctor preguntar "a un país tan desarrollado en el empleo de las más alucinantes tecnologías del terror, el único que ha usado en toda la historia armas atómicas contra población civil", cómo han sido supuestamente afectados sus funcionarios por algo que no se encuentra ni se puede demostrar.
"Pienso que la escalada estaba prevista desde el principio, pero han tenido que acudir a todos esos disparates sin fundamento porque esperaban una reacción violenta y desproporcionada del lado del gobierno cubano, y la altura de las acciones y formulaciones de la diplomacia cubana no les ha facilitado cumplir el libreto de su programa", añadió el experto.
En opinión de Fernández, en este caso la verdad será dicha y reconocida más temprano que tarde y el famoso incidente quedará como un caso de comportamiento irracional y provocador de Estados Unidos, diseñado para buscar desviar el foco de atención de sus graves problemas internos y en otros asuntos en los que claramente no ha tenido resultados.
En cuanto al papel de Estados Unidos y su imagen, agregó que debido a las acciones de política hacia Cuba y otros países, su posición en el mundo se deteriora en la misma medida que continúe este tipo de estrategia.
Fernández admitió que la reducción al mínimo de las relaciones bilaterales afecta principalmente a la economía cubana en general y al pueblo en particular, al tratar de empañar la seguridad, tranquilidad y bienestar que disfrutan en el país los visitantes estadounidenses y de todo el mundo, "sin los peligros de ataques con armas en escuelas y en todas partes con aterradora frecuencia".
"Aparentemente, el ganador parcial y temporal sería ese pequeño grupo de políticos que pretenden convertir a Cuba en algo semejante a lo que lamentablemente es hoy Puerto Rico, los Marco Rubio quisieran ser los intermediarios de una futura neocolonia cubana que nunca tendrán", opinó el académico.
Sin embargo, Fernández concluyó que la actual política de Estados Unidos hacia Cuba no tiene futuro, es un fracaso ya demostrado por la historia y no le queda otra alternativa que rectificar y volver sobre los pasos de lo avanzado en los dos últimos años por la administración de Barack Obama.
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Enfatizó el profesor en que aunque no se pueden establecer plazos, tarde o temprano, la única política posible de Estados Unidos hacia Cuba supone el respeto a su independencia y soberanía, sin la más mínima intromisión en los asuntos internos, sobre la base de la igualdad y la reciprocidad.