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De esta manera, algunos republicanos, en su intento de proteger la decisión del mandatario, argumentaron que "el sustituto de Comey debe ser alguien que goce de una credibilidad intachable y experiencia profunda en los asuntos de la aplicación de la ley".
"Los demócratas están de acuerdo, pero sostienen que el nuevo jefe del FBI tampoco debe tener conexiones con Trump ni política ni profesionalmente. Así resultará imposible poner en cuestión el conflicto de intereses del próximo director", indica Merica.
Asimismo, el hecho de que el nuevo jefe del FBI solo necesite 51 votos para recibir luz verde del Senado "juega a favor de Trump", según el periodista.
El autor prosigue elaborando un listado con cinco candidatos que podrían ser elegidos para reemplazar a Comey.
Giuliani, exalcalde de Nueva York y fiscal de EEUU para el Distrito Sur de Nueva York, estaría probablemente entre las mejores opciones de Trump, dada su lealtad al presidente, escribe Merica.
Sin embargo, su "defensa pública de Trump" durante la campaña electoral de 2016, así como su "clara orientación partidista", harían casi imposible que el exalcalde de Nueva York acabara confirmado por el Senado, pese a que solo necesita 51 votos.
El historial de Giuliani también "está plagado de comentarios contra Hillary Clinton", destaca Merica. En consecuencia, es poco probable que reciba el apoyo de los demócratas.
"Cuando la veo [a Clinton], la veo vestida en un traje naranja, lo siento. O al menos en un traje a rayas", dijo Giuliani, citado por al autor.
El gobernador de Nueva Jersey fue uno de los primeros republicanos de alto nivel en respaldar a Trump durante la campaña de 2016. Además, se mantuvo a su lado durante algunos de los momentos más difíciles de la carrera presidencial.
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"Su lealtad fue 'recompensada' con su despido una vez que Trump llegó a la Casa Blanca". La razón fue que Christie, fiscal del distrito de Nueva Jersey, encarceló al padre de Jared Kushner, yerno del presidente. Sin embargo, Christie se mantuvo fiel a Trump y fue elegido para liderar la comisión presidencial de abuso de drogas y opioides a principios de 2017. Asimismo, Christie atesora mucha experiencia en la aplicación de la ley.
Si Trump considera la candidatura de Kelly, el excomisionado del Departamento de Políticas de la Ciudad de Nueva York, esta no sería la primera vez que el nombre del neoyorquino se barajase como posible jefe del FBI, apunta Merica.
El New York Times informó en 1993 que Kelly "había sido mencionado como un posible reemplazo". Y, pese a que finalmente no se convirtió en director del FBI, el hecho de que su posible nombramiento fuese tenido en cuenta por el demócrata Bill Clinton es "uno de sus puntos más fuertes", dado que implica que goza del apoyo bipartidista.
Durante el mandato de Clinton, el expolicía ocupó dos puestos: el de subsecretario para el Terrorismo y la Inteligencia Financiera en el Tesoro y el de comisionado del Servicio de Aduanas de EEUU. Además, tiene profunda experiencia en los asuntos de la aplicación de la ley.
El actual presidente de la Universidad de Anderson, en el estado de Indiana, es otro ejemplo de alguien que podría obtener el apoyo bipartidista. Pistole ocupó el puesto de jefe de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) durante la Presidencia de Obama, y sirvió como subdirector del FBI bajo el mandato de George Bush hijo.
Entró en el FBI en 1983 y sirvió en el organismo durante 26 años, antes de ser confirmado como jefe de la TSA en julio de 2010. Además, compatibilizó el trabajo en el FBI con el servicio como subdirector ejecutivo de la oficina para la seguridad nacional.
"A diferencia de otras opciones en la lista, no está claro si Pistole respaldó a uno de los candidatos presidenciales en 2016", destaca Merica.
No obstante, Pistole expresó su oposición a algunas de las iniciativas de Donald Trump, incluida la eliminación del programa 'armed pilot' (piloto armado), un proyecto implementado después del 11 de septiembre que tiene la finalidad de preparar a tripulantes en caso de un intento de capturar de un avión.
McCabe podría ser la elección más probable, según Merica, dado que actualmente trabaja como director interino del FBI y ha servido como sustituto de Comey desde febrero de 2016.
Se unió al FBI como agente especial en 1996 y, desde entonces, ha trabajado en varios asuntos relevantes, incluidos el contraterrorismo, la seguridad nacional y los interrogatorios.
No obstante, a juicio de Merica, el "mayor inconveniente para McCabe" podría ser su conexión con Comey, además del hecho de que participó en la investigación del FBI acerca del supuesto papel de Rusia en las elecciones de 2016. Asimismo, McCabe investigó el caso de la filtración de los correos de Hillay Clinton, lo cual, de acuerdo con Trump, precipitó el despido del director del FBI.
