"El día 3 (de abril) se celebrará en San Petersburgo una reunión (de los dos presidentes)", destacó en rueda de prensa el embajador ruso en Minsk, Alexandr Súrikov.
Según anunció, los líderes discutirán en particular las cuestiones energéticas y el desarrollo de la Unión Económica Euroasiática (UEE).
A principios de 2016, Bielorrusia calificó de injusto el precio que Rusia le cobra por el suministro del gas y redujo los pagos unilateralmente.
Según declaraciones de Lukashenko realizadas el pasado 3 de febrero, Bielorrusia tiene pleno derecho a reclamar una reducción del precio de los suministros del gas ruso en el contexto de la caída de los precios del petróleo en el mundo.
El mandatario destacó en ese momento que el precio aceptable para Bielorrusia era de 83 dólares por 1.000 metros cúbicos en vez de los 132 dólares que pedía Rusia.
En octubre pasado, los dos países declararon haber logrado un compromiso pero no desvelaron los detalles.
Sin embargo, la disputa sigue pendiente y se reavivó a finales de 2016, cuando Minsk anunció una subida de las tarifas por el transporte del crudo ruso a partir del presente año.
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Por su parte, el embajador ruso Alexandr Súrikov aseguró a Sputnik a principios de febrero que todas las discrepancias entre Moscú y Minsk serán resueltas en cuanto Rusia y Bielorrusia lleguen a un acuerdo sobre el suministro de combustible.
El libre visado y las fronteras
Como medida recíproca el director del Servicio Federal ruso de Seguridad (FSB), Alexandr Bórtnikov, ordenó establecer zonas fronterizas de control en las regiones rusas de Smolensk, Pskov y Briansk, limítrofes con Bielorrusia, para "crear las condiciones necesarias para la protección de la frontera nacional", hecho que Lukashenko calificó de violación de los acuerdos bilaterales.
La reinstauración de controles fronterizos es, según Lukashenko, "una invectiva política" y "un paso no coordinado, irreflexivo, que no hace sino empeorar las relaciones" con Rusia.
Pero el FSB explicó que la zona fronteriza se establece para luchar contra la inmigración irregular y el narcotráfico.
"Se debe a la necesidad de reglamentar las visitas a áreas fronterizas de ciudadanos de terceros países", destacó el servicio de prensa del Kremlin.
La unidad, prioritaria
Mientras que Lukashenko reiteró que no piensa dirigir su mirada a Occidente y que Rusia seguirá siendo el socio más importante de Bielorrusia.
El mandatario recordó que Minsk y Moscú tienen un sistema de defensa común, en que el Ejército bielorruso es el principal eslabón en el teatro de operaciones occidental.
Además destacó la unidad entre ambos países al tiempo que subrayó que Bielorrusia y Rusia "siempre han estado y estarán juntas".
A pesar de sus quejas Lukashenko siempre se mostró confiado en que Minsk y Moscú puedan superar todas sus discrepancias y llegar a un acuerdo.
"Tarde o temprano vamos a llegar a un acuerdo", destacó
El Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia es una entidad creada en 1996 para fomentar una mayor integración económica, política y social entre los dos países.