"Hubo detenciones durante los últimos sucesos, pero desconozco el número exacto de detenidos. Según las informaciones preliminares, serían unas 30 personas", dijo el portavoz.
Comentó que poco después la Policía puso en libertad a varios detenidos. También destacó que en las protestas no participaron ciudadanos extranjeros excepto el embajador británico.
El sábado 11 de enero, centenares de estudiantes se congregaron frente a la Universidad Tecnológica Amirkabir, en Teherán, para recordar a las personas que fallecieron en la catástrofe del avión ucraniano.
Entre 700 y 1.000 estudiantes corearon "consignas radicales" exigiendo la dimisión y persecución penal de los responsables del siniestro que se saldó con 176 muertos, entre ellos nacionales de Irán, Ucrania, Afganistán, Alemania, Canadá, el Reino Unido y Suecia.
La agencia Tasnim informó que el embajador británico Robert Macaire fue detenido por organizar y participar en las protestas del 11 de enero en Teherán, aunque fue liberado un cuarto de hora después, y el 12 de enero fue citado por el Ministerio de Exteriores iraní acusado de asistir a "una reunión ilegal".
Algunos medios occidentales comunicaron citando vídeos publicados en redes sociales que las protestas continuaron el 12 de enero y que la Policía usó armas de fuego contra los manifestantes.
Por su parte, el jefe de la Policía de Teherán, Hossein Rahimi, declaró que los agentes trataron a los reunidos "con suavidad y tolerancia" y "no hicieron un solo disparo" porque así fue la orden.
El miércoles 8 de enero, el Ejército iraní bombardeó con misiles dos bases usadas por militares estadounidenses en Irak, en represalia por la muerte del general Qasem Soleimaní, comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán, asesinado una semana antes por EEUU mediante un ataque de precisión en Bagdad.
Varias horas después del ataque a las bases, la defensa antiaérea de Irán derribó un Boeing 737-800 de Ukraine International Airlines que acababa de despegar con 176 personas a bordo del aeropuerto de Teherán con destino a Kiev.
El Estado Mayor iraní admitió el 11 de enero que el avión ucraniano fue derribado por un error humano, después de que un operador lo tomara por un blanco enemigo que se había acercado demasiado a una importante instalación militar.
