Trece reclusos que fueron liberados de una cárcel talibana en Uruzgan, en el centro de Afganistán, gracias a una operación militar a finales de abril pasado ofrecieron a la Unama testimonios coherentes acerca de las malas condiciones de prisión y denuncias creíbles de malos tratos y torturas, así como el asesinato de civiles y personal de seguridad.
"Estoy muy preocupado por estas graves denuncias de malos tratos, torturas y homicidios ilegítimos de civiles y personal de seguridad, así como por las deplorables condiciones de detención", manifestó el enviado de la ONU para Afganistán y jefe de la Unama, Tadamichi Yamamoto.
Los presos liberados revelaron que les obligaban a llevar cadenas de forma permanente, algunos tenían cicatrices en los tobillos y todos menos uno dijeron haber sido golpeados. Muchos habían estado recluidos en celdas saturadas, bajo tierra e incomunicados, con la obligación de trabajar como mínimo siete horas diarias, incluida la fabricación de artefactos explosivos, sin asistencia médica, con raciones pobres y a temperaturas bajo cero durante el invierno.
Además: ¿Cuántos grupos terroristas actúan en el territorio de Afganistán?
Afganistán vive una situación de inestabilidad a raíz de los ataques que lanzan los talibanes y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico y prohibido en Rusia y otros países), pese a la fuerte presencia militar de EEUU y sus aliados.