Según comentó a Sputnik el analista Guevorg Mirzaián, este es un acuerdo beneficioso para todas las partes —Damasco, Moscú, Ankara, Washington y los kurdos—.
A finales de la semana pasada, un alto cargo del Consejo Militar de Manbij declaró a Sputnik que el control sobre seis poblados al oeste de este municipio fue transferido al Ejército Sirio. Según la fuente, este paso pretende salvar a la urbe de un supuesto ataque por parte de las fuerzas gubernamentales otomanas, así como las unidades del Ejército Libre Sirio.
El mismo día, el jefe de la Dirección de Operaciones del Estado Mayor General de Rusia, el teniente general Serguéi Rudskói, indicó que las Fuerzas Democráticas Sirias habían alcanzado un acuerdo con Damasco. La mediación del Kremlin fue imprescindible para acercar posturas durante las negociaciones.
Anteriormente, las autoridades otomanas habían manifestado en reiteradas ocasiones que Manbij podría convertirse en el próximo objetivo de su campaña siria. Con la firma del tratado turco-kurdo, varios expertos supusieron que Ankara se verá obligada a abandonar sus planes de ocupar más territorios controlados ahora por los kurdos.
No obstante, hay otro ángulo desde el que observar los acontecimientos. En un reciente artículo para Sputnik, el politólogo Guevorg Mirzaián explicó que el acuerdo sobre el intercambio de tierras en Manbij no solo salva a los kurdos de un posible ataque otomano, sino que también protege a Ankara de un combate (político o militar) con Washington. En este caso, la verdadera pregunta tiene más que ver con la motivación de Rusia para desempeñar el papel de país pacificador.
La lógica es sencilla. Según el experto, cuando las fuerzas gubernamentales otomanas entraron en Siria el año pasado, casi no luchaban contra los yihadistas de Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y otros países—, pero sí hicieron mucho para prevenir la unificación de los enclaves kurdos en el norte de Siria, así como torpedearon la creación de una gran autonomía kurda a lo largo de la frontera sur de Turquía.
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Sin embargo, la postura de Washington ha obstaculizado los planes de Ankara. De acuerdo con Mirzaián, EEUU tiene sus propios planes para Siria, y una fuerte unidad kurda podría desempeñar un papel importante en el proceso.
"Y esto ni siquiera son los planes de EEUU de utilizar a los kurdos para atenuar las ambiciones turcas en la región", agregó Mirzaián.
El analista subrayó que "Washington necesita a los kurdos aquí y ahora. Al igual que Barack Obama, Donald Trump también quiere dormirse en los laureles por su victoria sobre Daesh —y quitar este título a Rusia, Siria e Irán, quienes hicieron la contribución más grande en la lucha antiterrorista—. Esta tarea es posible, puesto que el ganador es quien ocupa la capital. Lo único que necesitan hacer los estadounidenses es utilizar a sus aliados y las tropas especiales para tomar las capitales de Daesh en Irak y Siria, Mosul y Al Raqa, respectivamente".
Según Mirzaián, EEUU ya casi logró su primer objetivo, Mosul, gracias a la derrota de los yihadistas en los barrios occidentales de la ciudad. Y para lograr su segundo objetivo, los estadounidenses necesitarán la ayuda de los kurdos, puesto que —a diferencia del Ejército Sirio, que tiene que pasar por varios combates con Daesh antes de alcanzar Al Raqa— las unidades kurdas ya están desplegadas al norte de la ciudad e incluso en sus afueras.
Además de esto, los kurdos ya alcanzaron los límites de expansión al este —hacia la frontera con Irak— y al oeste, hacia los territorios controlados por las fuerzas gubernamentales sirias. Ahora, el único camino a seguir es el sur de la región, "y Washington pretende participar en la ofensiva", opina el experto. Así, Washington ya presta ayuda a los kurdos en su lucha contra Daesh, aparte del apoyo militar directo por parte de las fuerzas especiales de EEUU.
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"Por supuesto, un ataque kurdo sobre Al Raqa solo será posible si se cumplen varias condiciones, la más importante de las cuales es la ausencia de otros conflictos en la zona. Esta es la razón por la que los mandos militares estadounidenses afirmaron claramente que hay que cesar inmediatamente todos los combates entre los kurdos sirios y Ankara, así como las formaciones proturcas del Kurdistán iraquí", declaró Mirzaián.
Esta situación ha colocado al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en una situación desagradable.
"Una ofensiva contra los kurdos sería imposible sin correr el riesgo de causar la muerte de dos o tres oficiales de las fuerzas especiales estadounidenses", declaró el experto. Mientras tanto, "abandonar la ofensiva para 'liberar' Manbij de las fuerzas kurdas también sería imposible sin 'perder la cara', lo que es algo totalmente inaceptable para un político que tiene tantas ambiciones imperialistas [como Erdogan]", opinó Mirzaián.
Washington también enfrentó esta perspectiva desagradable, según el politólogo. "Si Erdogan se tomara el riesgo de empezar la ofensiva, EEUU tendría que escoger entre un conflicto con un país aliado de la OTAN y una vergonzosa retirada de sus tropas del territorio kurdo.
Y ahí es donde intervino el Kremlin. Rusia "solo propuso separar a los turcos y los kurdos con la ayuda del Ejército sirio, que luego tomaría el control sobre una parte del territorio kurdo en la ribera occidental del Éufrates", según Mirzaián.
Todos ganan
El 3 de marzo, el teniente general Rudskoi confirmó que, "de conformidad con los acuerdos alcanzados con la participación del comando del grupo aéreo ruso en Siria, las unidades de las Fuerzas Armadas Sirias fueron desplegadas en el territorio controlado por las fuerzas de autodefensa kurdas".
"Al final, habían alcanzado su objetivo de reducir los territorios kurdos sin meterse en un conflicto con los estadounidenses. Según comentó el primer ministro otomano, Binali Yildirim, 'el control de Damasco sobre Manbij quedaría mejor para Ankara que el de los kurdos'", subrayó el politólogo ruso.
"En general, los kurdos están demasiado satisfechos", declaró Mirzaián. Según una declaración del Consejo Militar de Manbij, "a pesar de abandonar los territorios duramente ganados, [las fuerzas kurdas] planeaban proteger a la población civil de Manbij de la agresión y ocupación por parte de Turquía". Además, toda la gente entiende perfectamente que la ocupación otomana no puede terminar en Manbij, puesto que las tropas, posiblemente, van a avanzar hacia el otro lado del Éufrates.
"Finalmente, los estadounidenses también están felices. Ahora es más fácil para ellos encontrar un 'modus vivendi' tanto para los turcos como para los kurdos", subrayó.
Claro que Damasco y Moscú también tienen todos los motivos para estar satisfechos, puesto que Siria logró recuperar el control sobre grandes áreas del país "sin perder ni un soldado", según el experto.
"Solo el tiempo nos dirá si era correcto el último intento de salvar a los socios de Moscú", concluyó.
