La participación de Barack Obama en la reunión del Consejo de los Países del Golfo ha sido el gesto más importante de EEUU tras la firma del acuerdo nuclear con Irán. Sin embargo, dejó mucho que desear, según Al Rashed, el ex editor en jefe del periódico Asharq al Awsat y de la cadena de noticias Al Arabiya, citado por Breitbart.
La parte saudí esperaba que, después del levantamiento de las sanciones contra Irán, EEUU ejercería una postura más firme en cuanto a las "tendencias expansionistas de Irán y la amenaza que representa el país persa a sus vecinos", según Al Rashed.
Para "satisfacer" a los saudíes, el mandatario de EEUU debería "dar continuidad" a sus palabras en cuanto al derribo de Bashar Asad en Siria y la implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU respecto a la crisis yemení, afirmó el periodista.
Arabia Saudí ve a Irán como su rival directo en el Oriente Medio por razones geopolíticas y religiosas, y consideró la firma del acuerdo sobre el programa nuclear iraní en 2015 como una amenaza a sus intereses.
Respecto a Siria, la parte saudí insiste en la dimisión del presidente sirio, Bashar Asad, incluso contemplan la opción militar. Irán, por su lado, coopera estrechamente con el Gobierno de Siria en combatir las organizaciones terroristas presentes en el país y considera al mandatario sirio su aliado en la zona.