El producto se vendió en la ciudad ucraniana de Vínnitsa, en las ferias navideñas organizadas por veteranos de la llamada Operación Antiterrorista (ATO) para la reintegración de Donbás lanzada por Kiev en 2014. El objetivo de la broma de humor negro era recaudar fondos para ayudar a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Alexéi Zhuravko, exdiputado de la Rada Suprema —Parlamento de Ucrania—, se pronunció acerca de los polémicos enlatados a través de las redes sociales.
"¡Tenemos aquí antisemitismo directo, incitación al odio, burla de los muertos, canibalismo! ¿Y tienen la intención de decir que con la ayuda de esos monstruos morales se construye un Estado? ¡Jamás lo construirán!", criticó Zhuravko.
El político agregó que "no quedaba nada humano en el país" y expresó sus dudas de que, después de ver estos productos, los residentes de las autoproclamadas República Popular de Donetsk y Lugansk tengan ganas de regresar a Ucrania.
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