"Los europeos reclaman una Europa que tenga más capacidades y competencias en política exterior, seguridad y defensa", dijo Borrell en un desayuno informativo organizado en Madrid por asociaciones de la industria armamentística.
En opinión de Borrell, el desarrollo de una política de defensa común, así como de las capacidades necesarias para llevarla a cabo, permitirá a la Unión Europea "tener una voz más fuerte en el mundo" y "defender sus intereses".
El mandatario español subrayó que la Unión Europea no pretende "construir unas capacidades y una operatividad europeas excluyentes respecto a la OTAN" sino que tratará de "construir capacidades complementarias" para alcanzar sus propios objetivos.
"No tendremos independencia estratégica, por mucho que la declamemos y reclamemos, si no tenemos una base tecnológica a la medida de nuestra ambición", señaló.
Para el desarrollo de esas capacidades —por las que Borrell hace una apuesta decidida— el club comunitario necesitará dotarse de herramientas financieras, pero sobre todo necesitará orientar mejor sus inversiones, focalizándolas en objetivos comunes.
Pese a ese volumen de gasto, Borrell recordó que la Unión Europea no es todavía un actor con un peso geopolítico ni una presencia militar comparable a estos países, algo que achacó a la falta de objetivos, doctrinas y capacidades comunes.
"El problema para construir una Europa de la defensa es que no tenemos una base doctrinal compartida sobre cuáles son nuestras amenazas y nuestros riesgos; muchos países siguen apegados a concepciones nacionales que son legítimas, pero que ya no pueden servir en el mundo en el que vivimos", argumentó.
Global Firepower Index 2019 evaluó a 137 Estados teniendo en cuenta factores como número total de efectivos, geografía, recursos naturales e industria.
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) August 4, 2019
Los países latinoamericanos demostraron también un incremento en su fuerza militar
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Borrel explicó que la Unión Europea es un "universo particular" compuesto por una amalgama de países en el que coinciden desde potencias nucleares como Francia hasta países muy pequeños sin apenas peso en el panorama global.
"Intentar construir una base doctrinal compartida por un número tan elevado y heterogéneo de agentes con concepciones distintas de su papel en el mundo es una tarea complicada", insistió Borrell.
Pese a las dificultades, el todavía canciller español se comprometió a dedicar buena parte de su trabajo en Bruselas durante los próximos años para abordar el "reto" de que "ese mosaico de países grandes y pequeños superen sus diferencias históricas" con el objetivo de "poder actuar en el mundo en defensa de sus intereses comunes".
Borrell dice ser consciente de que el proyecto de defensa común se encuentra todavía en fase embrionaria, pero se muestra convencido de que esta tarea debe ser puesta en el centro de la acción política comunitaria porque "si Europa quiere resistir en el mundo que se nos viene encima haría bien en unirse más".