"Conferencia, este verano ha sido duro", admitió el dirigente tras aguantar meses de críticas, reproches y alegaciones de tolerancia del antisemitismo bajo su liderazgo.
Corbyn siempre ha contenido su reacción a los furibundos ataques y, en su intervención en Liverpool, evitó las disculpas retóricas y optó por abrazar directamente a la población judía, de herencia política laborista en su mayoría.
El veterano activista garantizó protección en sinagogas y centros comunitarios judíos, además de un esfuerzo común para erradicar el antisemitismo “de nuestro partido y de la más amplia sociedad”, una vez que el laborismo recupere el mando del Gobierno.
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"Les digo a la comunidad judía: sois nuestros aliados y este partido, este movimiento, siempre será implacable contra el antisemitismo y el racismo en todas sus formas", especificó.
Al mismo tiempo, acusó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de "dar la espalda a la cooperación internacional e incluso a la ley internacional".
Y criticó al Ejecutivo conservador de Theresa May de anteponer intereses políticos y comerciales sobre los valores democráticos y los derechos humanos, ya sea negociando con Arabia Saudí o apoyando a la nueva ultra derecha personificada en Europa por el presidente húngaro Viktor Orban.
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El reconocimiento del Estado Palestino será una medida prioritaria en la esfera internacional de un gobierno dirigido por Corbyn, según declaró entre aplausos y ovaciones de los delegados reunidos en Liverpool.