A finales de septiembre el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, afirmó que su país "no se haría el de la vista gorda" ante la nueva Ley de Educación ucraniana que afecta las minorías étnicas, y haría todo lo posible para que Ucrania no entrara en la UE.
"Estamos agradecidos de que la comisión aprobara los argumentos de la parte ucraniana ante las acusaciones de que la parte referente a los idiomas de la ley sobre educación limita los derechos de los representantes de las minorías nacionales", indicó el ministerio ucraniano.
Kiev sostiene que la organización europea no apoyó la denuncia de Budapest, alegando que las cuestiones relacionadas con el uso de los idiomas le incumben solo al propio país en cuestión y deben resolverse mediante la adopción de leyes.
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El ministerio ucraniano indicó que la resolución de la Comisión de Venecia sobre la ley de educación en Ucrania será publicada oficialmente el 11 de diciembre.
Según la iniciativa, que entrará en vigor el 1 de septiembre de 2018, las lenguas de las minorías se podrán usar solo en los primeros cuatro años de la enseñanza primaria.
Los Gobiernos de Hungría y Rumanía advirtieron que esta ley viola los derechos de las minorías en Ucrania.
Moscú sostiene que la normativa infringe la Constitución ucraniana y los compromisos internacionales que asumió Kiev.