Además, Londres tomó el mando de la política de sanciones a nivel económico, al retirar a las compañías estatales rusas la posibilidad de generar ingresos en el mercado británico, centro financiero del Viejo Continente.
Sin embargo, "en unos años, cuando Reino Unido ya no sea miembro de la Unión Europea, nosotros, probablemente, veremos una política más suave [por parte de Bruselas] hacia Rusia", considera Fredrik Wesslau, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Una vez el Brexit se haga realidad, los países de la Unión Europea tendrán problemas para tener acceso a esa información, considera Andrew Hood, exfuncionario del Gobierno británico.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 3 марта 2016 г.
A finales de julio de 2014, EEUU y la UE impusieron varios paquetes de sanciones unilaterales que afectan tanto a particulares como a empresas concretas y a sectores enteros de la economía rusa. Moscú reaccionó con un embargo a la importación de productos procedentes de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.