Los socialdemócratas del SPD subirían un punto y conseguirían un 24 por ciento de los votos, seguidos de Los Verdes, La Izquierda y Alternativa para Alemania (AfD) que empatarían con un 10 por ciento.
El porcentaje de indecisos y abstencionistas sería elevado: un 36 por ciento.
La encuesta también revela la división entre las filas conservadoras: un 81 por ciento de los votantes de la Unión Social Cristiana (CSU) —los socios bávaros de Merkel- considera las críticas a la canciller federal del presidente bávaro, Horst Seehofer, como apropiadas.
La líder conservadora se encuentra bajo la presión creciente de la opinión pública alemana.
En un artículo de opinión para el semanario Der Spiegel, Jan Fleischauer recogió ayer martes las especulaciones que hay actualmente en los círculos conservadores, donde la idea de sustituir a Merkel ha dejado de ser tabú.
"En uno de los escenarios la canciller apuntaría en privado a la presidencia de la ONU; en otro, Friedrich Merz, el eterno pretendiente, regresaría para llevar a la CDU (el partido de Merkel) de nuevo a la luz", escribe el articulista.
Las críticas arrecian, en particular, tras los incidentes en Colonia, donde durante las celebraciones de Nochevieja ocurrieron múltiples casos de agresión sexual, hurtos y robos.
También se ha informado de incidentes en otras ciudades alemanas, entre ellas Berlín, Bielefeld, Düsseldorf, Fráncfort del Meno, Hamburgo y Stuttgart.
Varios de los sospechosos son de origen inmigrante y solicitantes de asilo, lo que ha provocado las críticas a la gestión de la crisis de los refugiados del Gobierno, y a los medios de comunicación, acusados de haber tratado de ignorar o encubrir los ataques.
Alemania recibió en 2015 cerca de 1,1 millones de refugiados.
Según datos de la agencia Frontex, más de 1,55 millones de migrantes entraron en la UE en enero-noviembre de 2015.
La Comisión Europea calificó la actual crisis migratoria como la peor desde la Segunda Guerra Mundial.