Todo ello conllevaba un coste para las empresas al que Correa se ha referido como "pago por éxitos".
De esta manera, la trama corrupta y el extesorero del Partido Popular se llevaban, de acuerdo con el testimonio del empresario, grandes cantidades de dinero a modo de comisión.
"Intervine en la concesión de muchas obras, ni en 10, ni en 20, ni en 30, en muchísimas obras", confesó el empresario.
Las adjudicaciones, según explicó Correa, eran principalmente obras de los ministerios de Fomento y Medioambiente como la construcción de autopistas, carreteras o trenes de alta velocidad.
Según detalló Correa, la cuantía de esas dádivas solía ser de aproximadamente el 2 o el 3% del total de la obra.
El grupo ACS, propiedad de Florentino Pérez, más conocido por ser el presidente del Real Madrid Club de Fútbol, negó categóricamente haber estado involucrado en ninguna actividad ilegal y anunció que tomará medidas judiciales contra Correa por sus acusaciones.
"Nadie, ya sea verbalmente o por escrito, ha comprometido el nombre de ACS, o sociedades de su grupo, en relación con el caso Gürtel", explicó la constructora.
En este macrojuicio, en el que solo se juzga la primera época de la trama (1999-2005), Correa está acusado por delitos de asociación ilícita, fraude continuado a las Administraciones Públicas, cohecho, malversación de caudales públicos, estafa, prevaricación, delito contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales.
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El empresario encaró las dos sesiones en las que le tocó declarar ante el tribunal como una oportunidad para mostrar su voluntad de cooperación con la justicia y señalar al resto de implicados en la trama, en un intento de que su más que previsible condena sea más leve de lo que pretende la Fiscalía, que pide 125 años de prisión para él.