Las rutas marítimas que atraviesan el estrecho de Ormuz y las instalaciones de Abqaiq son unos de estos 'talones de Aquiles' de la infraestructura energética global. En particular, el ataque aéreo contra Abqaiq amenaza con retirar un 5% de los suministros de crudo del mercado global, tras paralizar la producción de 5 millones de barriles diarios, informó el periódico estadounidense WSJ.
La actual agresión limita el número de posibles respuestas que podrían ser consideradas por Washington y Riad, dado que fue perpetrada por un actor no estatal. Los intentos de castigar a Irán por lo ocurrido podrán convertirse en "un arma de doble filo", cuyo uso seguirá empujando al alza los precios de crudo.
Este sábado el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, había acusado a Irán de estar detrás de los recientes ataques contra los campos de Saudi Aramco mientras que las autoridades del país persa habían rechazado categóricamente cualquiera implicación en los atentados.
Arabia Saudí es el único país que produce el mayor volumen de crudo con fines de almacenamiento. No es un secreto que el reino gasta miles de millones de dólares anualmente en la protección de sus puertos, oleoductos y refinerías.
Según WSJ, ahora los comerciantes tienen que determinar los nuevos riesgos que amenazan con privar al mercado global no solo de centenas, sino de millones de barriles de crudo. Si bien la producción de petróleo de esquisto en EEUU es capaz de satisfacer las primeras necesidades, el mercado podría tardar meses y no días o semanas en reaccionar a lo ocurrido. En este caso las reservas del país norteamericano no serán suficientes para compensar la escasez energética.
"Después de que el humo se despeje y los mercados se calmen, la sofisticación tecnológica y la audacia, con las que se perpetraron los recientes ataques, seguirán preocupando al mercado energético", concluye el periódico estadounidense.