"Se trata de un tipo de crudo con alto porcentaje de cloruro que, si bien no genera ninguna afección medioambiental ni repercusión en su distribución y consumo, puede llegar a actuar, en mayor o menor medida, como corrosivo en las propias instalaciones metálicas de las refinerías, si no se toman las medidas técnicas adecuadas", señala la compañía, que destaca que "últimamente este crudo está generando reclamaciones en el sector de refino europeo".
Petronor explica que, por tratarse de un producto orgánico, todos y cada uno de los tipos de crudo son distintos en función de su origen y sus cuatro propiedades más significativas de densidad, contenido de azufre, acidez y punto de congelación.
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