En julio pasado una comisión independiente de la WADA, dirigida por el canadiense Richard McLaren, dio por probada la existencia en Rusia de un extenso programa de dopaje apoyado por las autoridades.
El informe de McLaren afectó la participación de Rusia en los Juegos Olímpicos de Río, donde quedó suspendida toda la selección de atletismo, salvo Darya Klishina, y de halterofilia, y los demás deportistas se vieron obligados a pasar una autorización.
El pasado 7 de agosto, el Comité Paralímpico Internacional (CPI) decidió unánimemente suspender a Rusia de los Juegos Paralímpicos de Verano 2016.
Siguiendo las recomendaciones de la Agencia, el Comité Olímpico Internacional (COI) recomendó además a las federaciones internacionales de deportes de invierno suspender la celebración de competencias grandes en el territorio ruso.
No obstante, las recomendaciones de esa organización de prohibir grandes eventos deportivos en el territorio de Rusia no deben afectar las solicitudes presentadas antes del escándalo.