El reglamento se aplica a las riquezas culturales creadas o encontradas fuera de la Unión Europea, de más de 250 años de antigüedad y con un valor superior a los 10.000 euros.
"Estas nuevas reglas no solo preservarán el patrimonio cultural de la humanidad, en particular, las piezas arqueológicas en los países afectados por conflictos armados, sino que también obstaculizarán la financiación de actividades terroristas a través de dicho comercio", dice el informe.
Según la Comisión Europea, el tráfico de bienes culturales a escala mundial se estima entre 1.000 y 5.000 millones de euros al año.
A la UE le preocupa especialmente que los terroristas utilicen fondos procedentes de la venta de los bienes culturales, incluidos artefactos arqueológicos, para financiar ataques terroristas contra ciudadanos de los países de la UE.
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A día de hoy, la UE ya prohibió el comercio de bienes culturales de Irak y Siria, pero no existe una regulación general para la importación de estos a la UE.
El consejo de comisionados europeos espera que el reglamento entre en vigor en enero de 2019.
Según los medios de comunicación europeos, en 2015 al menos 100.000 artefactos arqueológicos pasaron por las manos del grupo terrorista ISIS (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países).