El 28 de enero, el autoproclamado "presidente encargado" de Venezuela, Juan Guaidó, solicitó que la primera ministra británica, Theresa May, detuviera la repatriación de las 31 toneladas de oro venezolano.
Algunos expertos opinan que tras la negativa del Banco de Inglaterra a permitir que Venezuela repatrie su oro, otros países comenzarán a dudar que el Reino Unido y EEUU sean lugares seguros para almacenar las reservas nacionales.
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El jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración del parlamentario como "presidente encargado" del país de un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.