En 2016, el número de bajas civiles causado por la guerra civil marcó un nuevo récord y llegó a superar las 11.000 personas, según los datos publicados por la ONU.
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Con esta acción, los organizadores de la protesta quisieron atraer la atención de la clase política hacia este grave problema.
"Al ver el color rojo del río Kabul cada persona tiene que reflexionar un rato sobre lo que se podría hacer para conseguir la paz en Afganistán. Este es nuestro mensaje", dijo Shahrzad Akbar en una entrevista con Sputnik.
"El número de bajas del año pasado superó sus propios límites. Exigimos que todas las partes que están involucradas en el conflicto pongan fin a los choques. La guerra en Afganistán es una tragedia a escala mundial. Esperamos que nuestras preocupaciones no dejen indiferentes a los responsables de estos asesinatos. Exhortamos a las partes beligerantes a empezar a negociar", enfatizó Akbar.