"Concretamente, se recibió una información de que fue un evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión", señaló el militar en conferencia de prensa en Buenos Aires.

"El señor embajador inicialmente la transmitió al señor canciller de Argentina", indicó Balbi.
El portavoz explicó que Grossi está vinculado con la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, que cuenta con "una red de estaciones sísmicas hidroacústicas para verificar la no realización de ensayos nucleares".
Esa red detectó el evento, que coincidía con el indicio que recibió la Armada argentina el 22 de noviembre, aportada por EEUU, indicó Balbi.
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Además Balbi informó, que la búsqueda del submarino continuará hasta que se tengan datos certeros y corroborados de su posible ubicación o destino.
"Hasta no tener certezas y otros indicios que se puedan corroborar, vamos a continuar con el esfuerzo de búsqueda", afirmó el militar en conferencia de prensa en Buenos Aires.
El militar confirmó este 23 de noviembre también que el Gobierno argentino recibió información de un evento violento consistente con una explosión que estaría relacionado con la desaparición del submarino.

El 15 de noviembre por la mañana, la nave, con 44 tripulantes a bordo, señaló su última posición a 430 kilómetros del punto más cercano de la costa de la Península Valdés, frente al sureste de Argentina, cuando navegaba en aguas del Atlántico desde la ciudad austral de Ushuaia a su apostadero habitual en la Base Naval de Mar del Plata.
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El buque, construido en Alemania en 1985, se encuentra en su segundo año operativo, después de verse sometido a una extensa reparación entre 2008 y 2014.