"El acusado Vítor (uno de los presuntos asesinos) estaba en su casa con la camisa de la víctima sucia de sangre, 45 días después del crimen, eso es una prueba muy importante", explicó el comisario responsable del caso, Daniel Rosa, en rueda de prensa.
Diego Silva falleció a causa de una hemorragia interna y externa después de ser golpeado con una varilla de hierro a las afueras del estadio Engenhão en Río de Janeiro.
El policía explicó que, tal como revelan imágenes de cámaras de seguridad de la zona el acusado se amarró la camiseta de la víctima a la pierna poco después de propinarle la paliza, como si fuera "un trofeo".
Los policías explicaron que uno de los detenidos de la "Jovem Torcida do Flamengo" (una hinchada organizada de este club de fútbol con más de 2.100 miembros) confesó que cuando van al estadio no lo hacen para animar a su equipo sino para "pelear" contra la afición rival.
La policía detuvo este 23 de marzo a cinco personas, pero otras tres están prófugas y además los agentes descubrieron que esta misma hinchada, conocida por su violencia, estaba planeando atacar a la afición del Vasco da Gama este sábado, en un partido que inicialmente se iba a celebrar en el estadio de Maracaná en Río de Janeiro.
Sin embargo, hace unas semanas, tras la muerte del aficionado del Botafogo la justicia decidió que por seguridad los partidos contarían con una única hinchada y este en concreto se trasladó a Brasilia para evitar más incidentes.
La División de Homicidios de Río de Janeiro ya avisó a la Fiscalía, a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), a la Federación de Fútbol del Estado de Río de Janeiro (Ferj) a la Policía Civil y a la Policía Militar "para evitar un posible enfrentamiento".
