El 21 de octubre, el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, anunció por redes sociales que había mantenido una reunión con los representantes estadounidenses en la cual participó el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, el personal de la Agencia para el Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, el Departamento de Justicia, el Departamento de Seguridad Nacional, el Buró Federal de Investigación, así como los representantes del Gabinete de Seguridad mexicano.
"Enfrentamos un problema estructural, no es algo que de la noche a la mañana se puede detener porque es un problema del mercado y no solo de las armas", comentó a Sputnik el periodista de investigación y especialista en el tema John Lindsay Poland, basado en California (Estados Unidos).
Para Natalia Báez, politóloga internacionalista e investigadora de la Comisión mexicana de defensa y promoción de los derechos humanos, aunque el enfoque actual esté centrado en el tráfico ilegal, "hemos querido impulsar una mayor atención sobre las armas que ya están en México" y particularmente por el desvío ilegal de las armas que son importadas legalmente.
¿Qué se sabe del nuevo plan para enfrentar el comercio ilegal de armas?
Los secretarios de Defensa, Luis Crescencio Sandoval, y de Marina, Rafael Ojeda, así como el encargado de la Guardia Nacional, el general retirado Luis Rodríguez Bucio, atendieron al llamado hecho por el Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo a participar de la reunión, según lo publicado por el secretario Ebrard.
La Embajada de Estados Unidos publicó a su vez en redes que "hay voluntad política para enfrentar el reto compartido" y que "ambos lados acordaron moverse rápidamente para compartir información y entregar resultados concretos con este esfuerzo".
Ambos lados acordaron moverse rápidamente para compartir información y entregar resultados concretos en este esfuerzo. El compromiso establecido por 🇲🇽 y 🇺🇸 fortalecerá las capacidades para atender y reducir uno de los elementos detonadores de la violencia.
— Embajada EU en Mex (@USEmbassyMEX) October 21, 2019
"Los hechos de la semana pasada en Michoacán, Guerrero (en dos episodios armados que concluyeron con 28 muertos) y Sinaloa, han acelerado un diálogo entre México y Estados Unidos que ya estaba en caminos, incluso antes de las amenazas del presidente Donald Trump de alzar los aranceles", dijo Poland en la entrevista.
Aunque aún se sabe poco acerca de cómo se decidió el operativo que buscó detener al hijo del Chapo, esta reunión del Gabinete de Seguridad con el embajador norteamericano alimenta la lectura de la participación del Gobierno estadounidense en el caso.
A pesar de que ese día no se concretó la detención de Guzmán López, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, dijo que el operativo se hizo buscando cumplir un pedido de extradición del Gobierno norteamericano, vigente desde un año atrás, en setiembre de 2018. El Gobierno mexicano informó que no se tenía la orden de cateo necesaria para entrar al domicilio a detener al hijo del capo, pero que se intentó de todos modos, dejándolo en libertad horas después.
Tanto Báez como Poland estuvieron de acuerdo en que se vive una "carrera armamentística" entre los grupos paramilitares y los Ejércitos regulares. Y que esto pudo verse claramente en el poder de fuego que enseñaron los grupos armados de Culiacán portando armas de guerra, como los fusiles Browning m2 o la Barret, ambos calibre 50 y de altísima letalidad.
Por otro lado, en el Congreso de Estados Unidos está detenida una reforma legal que pasaría el control de la exportación de armamento del Departamento de Estado al Departamento de Comercio, debilitando el proceso legal de exportación, en cuanto a verificar que las armas no lleguen al crimen organizado paramilitar.
"Desde nuestra perspectiva hay que detener la capacidad de violencia en ambos lados", concluyó Poland.