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Bolsonaro, el gran derrotado en la vacunación contra el COVID-19 en Brasil
Bolsonaro, el gran derrotado en la vacunación contra el COVID-19 en Brasil
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RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — Brasil inyectó la primera vacuna contra el COVID-19, pero el que apareció en la foto no fue el presidente Jair Bolsonaro, sino su... 18.01.2021, Sputnik Mundo
2021-01-18T23:32+0000
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Fue en un abrir y cerrar de ojos: el 17 de enero, minutos después de que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) autorizara el uso de emergencia de las vacunas de Oxford/AstraZeneca y Sinovac, Doria ya lo tenía todo listo para empezar a vacunar, por lo menos frente a las cámaras: su imagen acompañando a la enfermera Monica Calazans, "la primera vacunada en Brasil", acaparó noticieros y portadas de periódicos.Doria proclamó que esa primera vacuna fue un triunfo de la ciencia y de la democracia y un aviso a los que "coquetean con la muerte y el autoritarismo", en clara alusión al presidente. Fue la culminación de una carrera para conseguir la vacuna, y de paso, marcar un gol a Bolsonaro y sumar capital político para una más que probable candidatura presidencial en 2022.Una larga rivalidadTodo empezó hace meses, cuando el gobierno de Sao Paulo, cansado de la inacción del gobierno federal para conseguir vacunas decidió ir por libre y firmar un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac para recibir 46 millones de dosis. El objetivo era recibirlas cuanto antes, mientras se realizaban los test en Brasil, para que en el momento que se recibiera la luz verde, empezar a vacunar lo antes posible.Bolsonaro rápidamente empezó a atacar "la vacuna de Doria": ventiló infinitas dudas sobre su fiabilidad y eficacia y celebró cuando se interrumpieron los test cuando se supo que había muerto un voluntario. "Otra que Bolsonaro gana", celebró el líder ultraderechista. Poco después se supo que la muerte había sido un suicidio y no tenía nada que ver con posibles efectos colaterales de la vacuna.Cuando el ministerio de Salud intentó llegar a un acuerdo para recibir vacunas de Sinovac, Bolsonaro sobrepuso la ideología para agradar a su base más radical y lo zanjó rápidamente: Brasil no iba a comprar vacunas chinas "jamás". En paralelo, firmó un contrato para recibir 100 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca/Oxford, pero lo cierto es que a día de hoy, no tiene ninguna. En cambio, el gobierno de São Paulo logró atesorar seis millones de dosis de la "Coronavac" china. Son las únicas dosis de que dispone Brasil en estos momentos.Prisas de última horaCuando vio que se acercaba el momento final (la autorización de emergencia la Anvisa) Bolsonaro intentó a toda prisa evitar que Doria ganara la carrera: movilizó un avión para buscar dos millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca fabricadas en la India, pero la operación fue un fiasco. El gobierno de Narendra Modi se negó a exportar vacunas en el último momento y dejó a Bolsonaro con las manos vacías.Al final, al gobierno brasileño no le quedó más remedio que aceptar "la vacuna de Doria" como "la vacuna de Brasil". Después de meses desdeñándola intentó apropiarse de ella. El ministro de Salud, Eduardo Pazuello, llegó incluso a amenazar con "confiscar" las dosis que tenía Sao Paulo si el gobernador no las entregaba al fondo común del ministerio.Finalmente, en el marco del acuerdo firmado entre el Instituto Butantan (patrocinador y futuro fabricante de la Sinovac en Brasil) y el ministerio de Salud, los seis millones de dosis conseguidos por Doria pasaron a integrar el Plan Nacional de Inmunización que arranca formalmente este lunes. Bolsonaro, que tan beligerante se había mostrado contra esta vacuna, intenta ahora suavizar la situación y restarle méritos a su rival: "La vacuna es de Brasil, no es de ningún gobernador", afirmó en una conversación son simpatizantes.
https://sputniknews.lat/20210118/brasil-gobernador-doria-gano-a-bolsonaro-la-carrera-por-la-vacuna-anti-covid-1094152097.html
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Bolsonaro, el gran derrotado en la vacunación contra el COVID-19 en Brasil
23:32 GMT 18.01.2021 (actualizado: 11:35 GMT 07.10.2021) RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — Brasil inyectó la primera vacuna contra el COVID-19, pero el que apareció en la foto no fue el presidente Jair Bolsonaro, sino su principal rival político; el gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, que capitalizó el éxito del inicio de la campaña de vacunación tras meses de guerra política entre los dos.
Fue en un abrir y cerrar de ojos: el 17 de enero, minutos después de que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa)
autorizara el uso de emergencia de las vacunas de Oxford/AstraZeneca y Sinovac, Doria ya lo tenía todo listo para empezar a vacunar, por lo menos frente a las cámaras: su imagen acompañando a la
enfermera Monica Calazans, "la primera vacunada en Brasil", acaparó noticieros y portadas de periódicos.
Doria proclamó que esa primera vacuna fue un triunfo de la ciencia y de la democracia y un aviso a los que "coquetean con la muerte y el autoritarismo", en clara alusión al presidente. Fue la culminación de una carrera para conseguir la vacuna, y de paso, marcar un gol a Bolsonaro y sumar capital político para una más que probable candidatura presidencial en 2022.
Todo empezó hace meses, cuando el gobierno de Sao Paulo, cansado de la inacción del gobierno federal para conseguir vacunas decidió ir por libre y firmar un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac para recibir 46 millones de dosis. El objetivo era recibirlas cuanto antes, mientras se realizaban los test en Brasil, para que en el momento que se recibiera la luz verde, empezar a vacunar lo antes posible.
18 de enero 2021, 22:00 GMT
Bolsonaro rápidamente empezó a atacar "la vacuna de Doria": ventiló infinitas dudas sobre su fiabilidad y eficacia y celebró cuando se interrumpieron los test cuando se supo que había muerto un voluntario. "Otra que Bolsonaro gana", celebró el líder ultraderechista. Poco después se supo que la muerte había sido un suicidio y no tenía nada que ver con posibles efectos colaterales de la vacuna.
Cuando el ministerio de Salud intentó llegar a un acuerdo para recibir vacunas de Sinovac, Bolsonaro sobrepuso la ideología para agradar a su base más radical y lo zanjó rápidamente: Brasil no iba a comprar vacunas chinas "jamás". En paralelo, firmó un contrato para recibir 100 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca/Oxford, pero lo cierto es que a día de hoy, no tiene ninguna. En cambio, el gobierno de São Paulo logró atesorar seis millones de dosis de la "Coronavac" china. Son las únicas dosis de que dispone Brasil en estos momentos.
Cuando vio que se acercaba el momento final (la autorización de emergencia la Anvisa) Bolsonaro intentó a toda prisa evitar que Doria ganara la carrera: movilizó un avión para buscar dos millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca fabricadas en la India, pero la operación fue un fiasco. El gobierno de Narendra Modi se negó a exportar vacunas en el último momento y dejó a Bolsonaro con las manos vacías.
18 de enero 2021, 17:27 GMT
Al final, al gobierno brasileño no le quedó más remedio que aceptar "la vacuna de Doria" como "la vacuna de Brasil". Después de meses desdeñándola intentó apropiarse de ella. El ministro de Salud, Eduardo Pazuello, llegó incluso a amenazar con "confiscar" las dosis que tenía Sao Paulo si el gobernador no las entregaba al fondo común del ministerio.
Finalmente, en el marco del acuerdo firmado entre el Instituto Butantan (patrocinador y futuro fabricante de la Sinovac en Brasil) y el ministerio de Salud, los seis millones de dosis conseguidos por Doria pasaron a integrar el Plan Nacional de Inmunización que arranca formalmente este lunes. Bolsonaro, que tan beligerante se había mostrado contra esta vacuna, intenta ahora suavizar la situación y restarle méritos a su rival: "La vacuna es de Brasil, no es de ningún gobernador", afirmó en una conversación son simpatizantes.