Según el informe Uso de la tierra en los Biomas brasileños (2000-2018), en ese periodo el país perdió "cerca de 500.000 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal", siendo la Amazonía la que acumula una pérdida mayor.
La Amazonía brasileña perdió casi el 8% de su superficie, lo que hace que ahora mantenga el 75,5% de su superficie original.
El aumento de la deforestación, no obstante, se dio en todos los biomas repartidos por el país; el Cerrado (una especie de sabana tropical) perdió 152.700 kilómetros cuadrados.
La mayor pérdida porcentual, no obstante, se dio en la Pampa, repartida por los estados del sur del país; fue destruida el 16,8% de su superficie original.
En el lado opuesto está el Pantanal, el mejor preservado, a pesar de que perdió 1,6% de su superficie (el equivalente a 2.100 kilómetros cuadrados, más de diez veces el tamaño de Buenos Aires).
La mayor desaceleración tuvo lugar en la Mata Atlántica, la selva tropical de la costa y parte del interior este del país; si la primera década de los años 2000 se perdieron casi 9.000 kilómetros cuadrados de selva, entre 2006 y 2018 la superficie destruida fue de menos de 577 kilómetros cuadrados.
No obstante, lo cierto es que en el bioma de la Mata Atlántica ya queda poco por deforestar; este bioma, el primero en sufrir la deforestación históricamente por su situación geográfica coincide con las zonas más pobladas del país, y ahora sólo queda en pie el 12,6% de su cobertura original.
El informe trata de la desaceleración del ritmo de de deforestación, pero no incluye informaciones de 2019 y 2020, cuando la deforestación en la Amazonía volvió a subir fuertemente, alcanzado cifras récord que no se veían desde finales de los años 90.