"Hay que dar los pasos que permitan coordinar la producción y distribución de equipamiento médico, medios de protección y medicinas, con un sentido de justicia; aquellos países con mayor disponibilidad de recursos deben compartir con los más afectados y con los que llegan a la pandemia menos preparados", subraya el documento publicado en el sitio web de la Cancillería cubana.
La nota destaca que con ese enfoque se trabaja desde Cuba intentando aportar su contribución, a pesar de ser una nación pequeña, con escasas riquezas naturales y sometida a un largo bloqueo económico, comercial y financiero por casi 60 años, impuesto por Estados Unidos.
Hasta el momento, Cuba ha destinado 21 brigadas de profesionales de la salud para sumarse al esfuerzo nacional y local de 20 países, que se añaden o refuerzan a las brigadas de colaboración médica cubana en 60 naciones, se afirma en la declaración.
"También hemos compartido algunos de los medicamentos producidos por la isla que, según nuestra práctica, tienen eficacia probada en la prevención o el tratamiento de la enfermedad", añade la nota de la Cancillería.
A su vez, denuncia la abrumadora desigualdad económica y social entre y dentro de las naciones, en la que "los impresionantes avances de la ciencia y la tecnología, particularmente en materia de salud, se concentran cada vez más en el negocio farmacéutico y la comercialización de la medicina, en vez de dirigirse a asegurar el bienestar y la vida saludable de las mayorías".
"Antes de que se identificara al primer enfermo (de COVID-19), había 820 millones de personas hambrientas en el mundo, 2.200 millones sin servicios de agua potable, 4.200 millones sin servicios de saneamiento gestionados de forma segura y 3.000 millones sin instalaciones básicas para el lavado de las manos", se señala en el documento.
A su vez, el texto reclama que se garantice a los países en desarrollo el acceso a la tecnología, especialmente en el ámbito de la salud, que suele concentrarse en las naciones más industrializadas.
También instó a eliminar las medidas económicas coercitivas motivadas por razones políticas contra países en desarrollo y exonerar "la agobiante e impagable deuda externa".
La cancillería cubana reiteró que este es el momento de actuar y de movilizar la voluntad de los que hoy tienen la responsabilidad de hacerlo, para que no sea demasiado tarde.
