"El problema de Chile fue gravísimo, eso no es manifestación ni reivindicación, son actos terroristas", aseguró el mandatario en declaraciones a los medios durante su visita oficial a China, según recoge el diario Folha de Sao Paulo.
El líder ultraderechista reafirmó que ha conversado con el ministerio de Defensa para prevenir episodios similares en Brasil.
"Las tropas tienen que estar preparadas para mantener la ley y el orden", dijo Bolsonaro, y añadió que ya ha recibido informes sobre reuniones y actos preparatorios de "manifestaciones no legales".
Las manifestaciones populares en Chile comenzaron el 14 de octubre en protesta por un aumento del precio del transporte público.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, uno de los principales aliados de Bolsonaro en la región, decretó tres medidas represivas: la Ley de Seguridad del Estado, para acelerar los juicios contra los manifestantes; el Estado de Emergencia en casi todas las urbes importantes del país, y toques de queda para impedir que la gente salga de sus hogares.
Según datos del Gobierno, un total de 18 personas han fallecido en el marco de las protestas; al menos cinco de esas muertes fueron provocadas por efectivos de las Fuerzas Armadas.
La alta comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, la expresidenta chilena Michelle Bachelet (2006-2010 y 2014-2018), anunció el 24 de octubre que enviará una misión a su país para investigar las múltiples denuncias de violaciones a los derechos humanos que se habrían cometido durante las protestas.