"De los municipios en alerta, 34 han sido declarados en situación de desastre", dijo esa oficina en un boletín, señalando que la alerta vigente durará hasta el próximo fin se semana aunque podría extenderse hasta fin de mes.
La cantidad de cultivos destruidos por inundaciones y riadas se triplicó en la última semana, a unas 16.000 hectáreas, aunque el Gobierno ha dicho que no ve haya dificultades graves en la oferta de alimentos en las próximas semanas.
Defensa Civil agregó que el riesgo de inundaciones se concentra en las cuencas de los ríos Beni y Mamoré, afluentes del Amazonas que fluyen por las llanuras de sur a norte tras recibir las aguas de centenares de caudales menores que nacen en las regiones andinas.
La Administradora Boliviana de Carreteras informó que continuaba cortada, por tercera semana, la carretera principal de vinculación de La Paz con Beni y el departamento norteño de Pando.
El corte de esa ruta, en la región productora de coca de Yungas, ocurrió a principios de febrero por el deslizamiento de un cerro sobre varios vehículos que dejó 18 muertos y al menos 12 desaparecidos.
La época de lluvias en Bolivia, que usualmente transcurre de octubre a marzo, podría prolongarse este año hasta abril, según el Servicio de Meteorología.