"Es una decisión absolutamente equivocada (…) y contraría el sentimiento de la sociedad que exige el fin de la impunidad", aseguró el fiscal Deltan Dallagnol en rueda de prensa.
Este es el caso del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), cuya defensa ya pidió su inmediata salida de prisión en base a esta decisión judicial.
Los fiscales aseguraron que la Procuradoría General de la República "ya está buscando" revertir la situación creada por el juez, del que dijeron que no debería actuar como una parte "aislada" del conjunto del Supremo.
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Además, confiaron en que el Supremo mantenga la decisión en vigor hasta ahora (que los presos pueden ir cumpliendo su pena aunque tengan recursos pendientes) y anule lo dictado por Marco Aurélio.
Dallagnol aseguró que si se mantiene la decisión de Marco Aurélio habrá efectos "catastróficos" sobre la sociedad brasileña, porque podrían dejar la cárcel decenas de miles de presos: "Va mucho más allá del caso Lula", aseguró.
El expresidente está preso en la sede de la Policía Federal en Curitiba (sur del país) desde el mes de abril, cumpliendo una condena de 12 años y un mes por delitos de corrupción y blanqueo de dinero.