"La ACNUR sigue preocupada mientras continúa empeorando la situación humanitaria en Tigray y también por los desplazados y unos 96.000 refugiados eritreos que se quedarán sin comida ya el lunes [el 30 de noviembre] si los suministros no llegan", dijo el portavoz del organismo, Babar Baloch.
Se sumó al llamado de otras agencias humanitarias a proteger a los civiles y garantizar el acceso humanitario inmediato para que se reanude la entrega de la ayuda de subsistencia.
Asimismo expresó preocupación por la seguridad de los civiles en la región de Tigray, afectada por un conflicto.
Baloch indicó que desde el inicio de las hostilidades a principios de noviembre más de 43.000 personas se fugaron a Sudán en busca de refugio.
Informó que este 27 de noviembre un avión transportó 32 toneladas de ayuda humanitaria de la ACNUR de Dubái a Jartum y otro envío de 100 toneladas de asistencia está previsto para el 30 de noviembre.
Baloch añadió que el Gobierno emiratí se encargó de los gastos de transporte.
El pasado 4 de noviembre las autoridades de Etiopía lanzaron una operación militar en Tigray, tras acusar al Frente de Liberación Popular (FLPT), el partido gobernante en la región, de haber atacado dos bases del ejército federal. El FLPT negó el ataque y acusó a Adís Abeba de inventar un pretexto para la intervención militar.
Las autoridades centrales decretaron el estado de emergencia en Tigray, por un plazo de seis meses, y establecieron un gobierno interino, con un jefe nombrado desde Adís Abeba. El nuevo Ejecutivo sustituyó al gobierno regional, salido de las elecciones de septiembre pasado que, según Adís Abeba, fueron ilegítimas, porque los comicios en el resto de Etiopía se aplazaron debido a la pandemia de coronavirus.