"Seguimos recibiendo informes de que Azerbaiyán incumple su obligación de cesar el fuego. Quisiera resaltar en este contexto la importancia de mecanismos de verificación que permitan asegurar la observancia de este régimen [del armisticio]", señaló Mnatsakanián, al reunirse este 12 de octubre en Moscú con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
Mnatsakanián comunicó que Ereván y Bakú, con la mediación de Rusia y el Comité Internacional de la Cruz Roja, están discutiendo la creación de mecanismos de verificación de la tregua en Nagorno Karabaj.
El canciller armenio también indicó que una solución militar del conflicto de Nagorno Karabaj sería una catástrofe para todo el mundo, no existe alternativa para su eliminación con recursos políticos.
"No perdemos la esperanza de poder conseguir aquello que acordamos en la noche del sábado pasado [la tregua del 10 de octubre]. La solución militar no tiene futuro y sería catastrófica para todo el mundo", afirmó.
La alternativa para la solución negociada es inaceptable, pues derivaría en la desestabilización de toda la región, agregó.
Además, Mnatsakanián aseguró que el fomento de la cooperación con Rusia en materia de defensa es una prioridad para Armenia.
"El avance de la asociación estratégica en el campo de la cooperación técnico militar es una de las prioridades de nuestra agenda bilateral", dijo.
El canciller armenio resaltó que su país sigue aportando al desarrollo y al aumento de la eficiencia de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza que aglutina a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán.
Por su parte, Lavrov manifestó la esperanza de que los contactos entre Moscú, Ereván y Bakú, particularmente al nivel de los ministerios de Defensa, contribuyan a "garantizar el pleno cumplimiento de los acuerdos tripartitos".
El canciller ruso añadió que es un error retrasar la reanudación del proceso de negociaciones políticas para solucionar el conflicto en Nagorno Karabaj.
"Consideramos incorrecto retrasar la reanudación del proceso de negociaciones políticas", dijo Lavrov al término de una reunión con su par armenio.
Agregó que Rusia espera que ambos bandos del conflicto respeten estrictamente los acuerdos sobre Nagorno Karabaj incluido el alto el fuego decretado el 10 de octubre.
"Esperamos que las decisiones tomadas sean respetadas estrictamente por ambas partes", puntualizó Lavrov.
Posición del Kremlin
Por su parte, el Kremlin instó a Armenia y Azerbaiyán a respetar el alto el fuego que entró en vigor el 10 de octubre tras casi dos semanas de combates en Nagorno Karabaj.
"El cumplimiento de los acuerdos alcanzados es muy importante para (...) la transición a las vías político-diplomáticas de la solución de este conflicto", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una comparecencia ante la prensa.
Peskov valoró altamente la llegada de los dos cancilleres a Moscú, así como la labor previa que llevaron a cabo el presidente ruso Vladímir Putin, su par azerbaiyano Ilham Aliyev y el primer ministro armenio Nikol Pashinián.
El portavoz, tras subrayar que Rusia toma nota de las informaciones sobre la violación de la tregua por ambos bandos, insistió en el cumplimiento del cese del fuego para avanzar hacia una solución negociada.
Ambos bandos, que se acusan de haber desatado esta espiral bélica sin precedentes desde la guerra de 1992-1994, ordenaron movilización de reservistas, impusieron ley marcial y se enfrascaron en combates. Las hostilidades ya provocaron centenares de bajas militares y decenas de víctimas civiles.
Al mediodía del 10 de octubre (8.00 GMT) se declaró una tregua humanitaria, pactada con la mediación de Moscú, pero las partes en conflicto se acusaron de violar el armisticio.
Estaba previsto que la tregua permitiera a las partes realizar un canje de prisioneros de guerra y otras personas retenidas, así como retirar los cuerpos de los caídos con la mediación del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Para impulsar una solución negociada del conflicto, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) instituyó en 1994 el llamado Grupo de Minsk, copresidido por EEUU, Rusia y Francia.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada República de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.