"La represión violenta y las detenciones de manifestantes pacíficos en Bielorrusia deben cesar. El pueblo bielorruso tiene derecho a la democracia y a elecciones libres y justas", escribió Borrell en su cuenta de Twitter.
Violent repression and arrests of peaceful protesters in #Belarus have to stop.
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) August 11, 2020
Belarusian people have right to democracy and free and fair elections.
Following closely the developments and working on EU response and EU 27 declaration with Foreign Affairs Council Ministers.
Asimismo, Borrell declaró que la UE llama a las autoridades de Bielorrusia a entablar un amplio diálogo con la sociedad y evitar la violencia durante las protestas.
"Llamamos a los líderes políticos de Bielorrusia a iniciar un diálogo genuino e inclusivo con la sociedad para evitar más violencia. La UE seguirá apoyando a una Bielorrusia democrática, independiente, soberana, próspera y estable", dijo Borrell en un comunicado.
Afirmó que las recientes elecciones presidenciales "no fueron libres ni justas", mientras "el pueblo de Bielorrusia se merece algo mejor".
"Pedimos a las autoridades bielorrusas que pongan en libertad de forma inmediata y sin condiciones a todos los detenidos", subrayó.
Según el jefe de la diplomacia europea, "sin avances en materia de derechos humanos y Estado de derecho, las relaciones ente la UE y Bielorrusia podrían empeorar".
Bielorrusia celebró las elecciones presidenciales el 9 de agosto. De acuerdo con los datos oficiales, el presidente actual, Alexandr Lukashenko, recibió el 80% de los votos, mientras que su rival principal Svetlana Tijanóvskaya, el 10%.
La oposición se negó a reconocer el escrutinio oficial al afirmar que Tijanóvskaya habría conseguido entre el 70 y el 80% de los apoyos.
Al menos un manifestante murió el 10 de agosto durante los disturbios y un centenar sufrieron heridas, según el Ministerio del Interior del Bielorrusia. También hay decenas de heridos entre los agentes del orden, según el Comité de Investigación. Durante la primera jornada de protestas poselectorales en Bielorrusia, la Policía detuvo a unas 3.000 personas.