"En total, las divisiones territoriales del Comité de Investigación abrieron 21 casos penales por los disturbios", dice el comunicado.
Se precisa que los casos penales fueron abiertos por disturbios masivos, resistencia a los agentes de seguridad y uso de violencia en su contra, vandalismo y acciones que violan el orden público.
Añade que algunos de estos delitos podrían ser castigados con hasta 15 años de cárcel.
El 9 de agosto Bielorrusia celebró las elecciones presidenciales.
Tras el cierre de las mesas electorales, numerosas personas se echaron a la calle en Minsk y otras ciudades para expresar su descontento con el recuento oficial, lo que derivó en enfrentamientos con la policía, que usó granadas aturdidoras, gases lacrimógenos, cañones de agua y hasta balas de goma para dispersar a los manifestantes.
La policía detuvo a un total de 3.000 personas mientras un centenar de manifestantes sufrieron heridas y fueron llevados a hospitales.