"La mayoría de la gente está muriendo en su casa. Ni siquiera ha habido colapso de las unidades de los cuidados intensivos porque la gente no va a la clínica. No podemos explicar ese fenómeno, si es por miedo o si tenían otra enfermedad y para no contagiarse se quedan en sus casas y mueren ahí", describió a Sputnik el senador opositor Gustavo Bolívar, de la coalición Decentes.
"El Gobierno empezó bien porque se adelantó a hacer la cuarentena obligatoria mucho antes de que el virus tomara ventaja", destacó el senador, quien sin embargo lamentó los pasos posteriores. "Por presión de grupos económicos abrió la economía muy rápido y pasó lo que tenía que pasar (…) y esto se va a agravar en las próximas semanas".
Bolívar también cuestionó el hecho de que a diferencia de otros países que decretaron confinamiento y brindaron asistencia a las familias en alimentación, manutención en general o suspensión de pagos de servicios y arrendamientos, la realidad colombiana fue otra.
"Aquí no sucedió nada de eso. Ha habido ayudas la población, pero hay sectores que no están bancarizados para que el Gobierno les gire y esos son los que están padeciendo el hambre", indicó.
Presencia permanente
"Tropas extranjeras ha habido siempre; Colombia es una especie de Israel en Sudamérica. Siempre ha tenido muy buena relación con EEUU, esa asistencia se viene dando desde hace muchas décadas", destacó Bolívar al referirse a la presencia de soldados norteamericanos en el país.
Antes de que la oposición y organizaciones sociales pudieran reaccionar, se supo que los soldados ingresaron al país el 1 de junio y permanecen aislados para evitar eventuales contagios de COVID-19.
"Cuando me dicen que vienen militares a colaborar en Colombia en lucha contra el narcotráfico me da risa, porque ni el Ejército más grande del mundo ha podido derrotar el consumo en su propio territorio y menos lo harán unos pocos soldados", señaló el legislador de Decentes.
El senador opositor dijo que en su momento incluso estuvo vigente el Plan Colombia, que implicó un desembolso de 9.600 millones de dólares por parte de Washington y de otros 130.000 millones de dólares por la nación sudamericana. "Después de que Colombia ha invertido 30.000 vidas, hoy hay más cocaína, más consumo", consideró.
Un poco de historia
Para Bolívar, en la clase dominante existe, al menos, una doble moral sobre la supuesta lucha contra los narcotraficantes. Mientras se sacrifican vidas y millones de dólares, figuras de primer nivel aparecen vinculadas de manera directa con el crimen organizado.
El viernes 12 de junio estalló un escándalo que envuelve a la vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, cuyo hermano estuvo preso cuatro años en EEUU por narcotráfico, y por el cual pagó una fianza de 150.000 dólares.
Ese mismo día trascendió que su esposo, Álvaro Rincón, era socio del narcotraficante Guillermo León Acevedo. Otro caso reciente fue el del embajador en Uruguay, que tuvo que renunciar luego de que se detectaron laboratorios para fabricar cocaína en una finca suya.
Pero la historia no es nueva. "Cuando Álvaro Uribe fue presidente del partido que ahora gobierna [Centro Democrático] y director de la Aeronáutica Civil, dicho por los propios lugartenientes del narco Pablo Escobar, les entregó licencias a sus aviones y pistas. Y cuando fue presidente entre 2002 y 2010 tuvo dos generales jefes de Seguridad de la Casa de Nariño, nuestra sede de Gobierno", consideró el entrevistado.
"Hoy están extraditados a EEUU por narcotráfico. Uno termina concluyendo que el narcotráfico está en el Estado, no en el campesino que necesita comer y empujado hace negocios ilícitos", agregó el legislador.
El senador colombiano concluyó que "hemos sido muy serviles porque EEUU le conoce muchos secretos a nuestros gobernantes. Les queda muy fácil decir 'voy a comer esta noche para allá' y nosotros tenemos que salir a comprar comida. Así es la relación, una relación arrodillada".